La guardia nocturna transcurría sin incidentes en el puesto de la Benemérita de Casetas hasta que, de repente, el agente encargado de vigilar los exteriores vio una extraña presencia en la puerta de acceso. Se acercó a comprobarlo, observando que un individuo estaba robando la bandera de España de la puerta. Salió detrás de él, consiguiendo arrestarle no sin antes ser agredido.

Ocurrió sobre las 05.10 horas en las instalaciones de la Guardia Civil en este barrio rural de Zaragoza cuando, según pudo saber EL PERIÓDICO, un miembro perteneciente al Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) que controlaba el edificio se percató de que un joven alto y delgado, que vestía con chándal oscuro, estaba destensando la cuerda del mástil de la enseña nacional. Ante ello, el agente llamó a un compañero que se encontraba en la planta superior para que le prestara apoyo.

Ya en la calle y con uno de los extremos de la bandera sueltos, el guardia civil fue hacia él. Momento en el que, al escuchar la puerta abrirse, el sospechoso se dirigió hacia el lado del acuartelamiento que da a la calle Vizcaya, llegando a pegar su cuerpo a la pared con la intención de ocultarse. No lo consiguió, ya que el uniformado fue hacia él y le dio el alto.

Rápidamente, el joven, que se encontraba en una zona con escasa visibilidad, se agachó recogiendo del suelo un bulto, pensando el agente que pudiera ser un arma, y se fue corriendo por la avenida Logroño, perdiéndole de vista en la calle Límite. El guardia civil regresó al acuartelamiento.

Pero el miembro del instituto armado no se quedó conforme y siguió observando en los alrededores, sorprendiendo al sospechoso en la puerta de un establecimiento recreativo, quien volvió a salir a la carrera hacia el barrio de Malpica de Utebo.

Le siguieron, hallándole en la esquina de la calle Cantarrana con Límite. Al verse acorralado, este saltó al interior de una acequia, saliendo por el otro extremo de la misma. Uno de los miembros de la patrulla intentó cortarle el paso, pero el joven le acometió, dándole un fuerte empujón con el consiguió hacerle perder el equilibrio para huir de nuevo.

Una actitud que les llevó a solicitar refuerzos. Una dotación de la Guardia Civil del puesto de Utebo se incorporó al dispositivo, dándole caza al joven de 22 años identificado como I. H. S., de origen marroquí. Antes de conseguir reducirle, este agarró a un agente del brazo mientras intentaba pegarle, revolviéndose de forma activa y forcejeando. Dejó de hacerlo cuando fue engrilletado.

Ya en el interior del cuartel, I. H. S. admitió que lo había hecho todo para «sentir adrenalina», quedando detenido por un delito de hurto y otro de resistencia o desobediencia a los agentes de la autoridad. El joven, asistido por el abogado Cristian Monclús, fue puesto por la tarde a disposición del Juzgado de Instrucción número 11 de Zaragoza, cuyo magistrado, en funciones de guardia acordó la libertad provisional