No deja de ser habitual que, al abandonar las discotecas y las salas de baile a altas horas de la madrugada, los vehículos estacionados en sus inmediaciones se conviertan en objeto de descanso, bien para apoyarse en el capó, bien para apoyarse en en uno de sus laterales. Precisamente esto es lo que sucedió el pasado 7 de agosto en la Avenida San Juan Bosco de Zaragoza y que terminó en drama por un fuerte puñetazo de J. E. B. B. a otro hombre al apoyarse este último en el coche de una de sus amigas. Eran las seis y media de la madrugada, al lado de la Sala Garden.
Por estos hechos, J. E. B. B., defendido por la letrada Carmen Sánchez Herrero, se enfrenta a ocho meses de cárcel por un delito de lesiones así como también al pago de 210 euros por estos daños y otros 1.500 por las secuelas que dejó a la víctima. Esta es la pena que solicita la Fiscalía del Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza. De hecho, el puñetazo que recibió la víctima le ocasionó un par de heridas en el ojo izquierdo, por las que precisó puntos de sutura, quedándole una cicatriz de dos centímetros en la zona subciliar y otra de 0,5 en el ángulo palpebral externo.
Una zona caliente
La presencia policial en los alrededores de la discoteca es habitual puesto que se considera esta zona como conflictiva, después de varios incidentes entre miembros de bandas latinas a finales del pasado año y principios de este. Incluso llegó a realizarse, el pasado mes de febrero, una macrorredada en el interior del establecimiento cuyo saldo fue 626 identificados, dos detenciones por reclamación judicial, 21 actas de sustancias estupefacientes, una acta por tenencia ilícita de armas, 38 por infracción a la Ley de Extranjería, una por exceso de aforo, una por incumplimiento de medidas covid y otra al personal de admisión.
El pasado mes de junio cuatro jóvenes fueron rodeados por un grupo multitudinario de chicos y chicas que comenzaron a agredirles con las hebillas de los cinturones en las inmediaciones de la Sala Garden.