SUCESOS EN ARAGÓN

Las víctimas de robos en Valdejalón: "En los pueblos estamos muy inseguros, da mucha rabia"

Los agricultores de la zona lamentan que "no hay suficientes efectivos de la Guardia Civil" | Entre los efectos sustraídos, destacan tijeras de podar, inversores de placas fotovoltaicas o remolques

Una de las furgonetas que estos vándalos quemaron tras haberla robado previamente en Ricla.

Una de las furgonetas que estos vándalos quemaron tras haberla robado previamente en Ricla. / EL PERIÓDICO

Rabia e impotencia son las dos sensaciones que se cuelan en el sentir de los agricultores y ganaderos de la comarca de Valdejalón cuando saltan las alarmas de sus explotaciones. En ese momento ya saben que los amigos de lo ajeno han vuelto a hacer de las suyas con el robo de material agrícola como, por ejemplo, tijeras de podar. Pero estos vándalos también aprovechan para robar vehículos que luego dejan abandonados y totalmente calcinados en fincas próximas a las suyas.

De esto último fue víctima el pasado 2 de enero Ascensión Lausín, vecina de Ricla. Ella ha sufrido hasta nueve robos en los últimos diez años y asegura que «no hay suficientes efectivos de la Guardia Civil» para hacer frente a esta lacra aunque desde la Delegación del Gobierno en Aragón aseguran que las plantilas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han aumentado un 11%. «Cada vez nos están quitando más guardias civiles. Estamos muy inseguros en los pueblos», critica Lausín.

En su caso ya ha formalizado la denuncia ante la Guardia Civil, un modus operandi que suele repetir cuando recibe la visita de los cacos y que el miércoles la Delegación propuso como una de las soluciones para evitar los hurtos en las zonas rurales. En este sentido, Lausín defiende que los agricultores y ganaderos no siempre pueden formalizar la denuncia ante un cuartel de la Benemérita, pues en plena temporada de recolección de fruta «tienes que estar cuatro horas para hacerla». 

«La Guardia Civil te pide que denuncies. Yo les estoy muy agradecida, hacen lo que pueden y me dicen que estoy en mi deber cuando les digo sé que soy muy pesada, pero como es mi casa y mi dolor... Pero hay que entender que otras veces no denuncies porque piensas total, como no me van a encontrar nada», señala Lausín sobre la sustracción de ciertos efectos como pudieron ser en su día mil litros de gasoil o cinco escopetas.

Otra furgoneta calcinada en la comarca de Valdejalón.

Otra furgoneta calcinada en la comarca de Valdejalón. / EL PERIÓDICO

En busca de alternativas

En este sentido, esta vecina de Ricla apunta que una de las soluciones pasa por contar con «seguridad privada» y, de hecho, ya han trasladado al Ayuntamiento de Ricla la opción de contratar una empresa que ofrezca estos servicios. «Queremos seguridad aunque la tengamos que pagar. Que podamos dormir tranquilos», zanja Lausín.

La última vez que sonó la alarma fue el pasado 2 de enero a las 23.36 horas. En esta ocasión los ladrones -que llegaron allí tras coger primero una furgoneta en Calatorao- hicieron un butrón para abrir la puerta del almacén, «una puerta de 3.5 metros de anchura», y llevarse materiales y herramientas de su interior. «Dentro estuvieron poco más de diez minutos, pero fuera muchísimo más. No te puedes imaginar la impotencia que sientes cuando luego ves por las cámaras de grabación que han estado campando a sus anchas. Da mucha rabia», relata.

"Si cada día que hay que denunciar tienes que estar dos horas...", dice un agricultor de Calatorao

Antes ya habían estado en Calatorao y, posiblemente, lo habían hecho en una de las fincas de José Luis Felipe, pues este agricultor recuerda que marchó de su nave ese mismo 2 de enero a las 20.50 horas y a las 21.01 horas «saltó la alarma». Él también ha formalizado la denuncia ante la Guardia Civil pues una de sus furgonetas «la llevaron a Ricla y la quemaron» y también aprovecharon para robarle cuatro tijeras de podar, valoradas cada una de ellas en unos 800 euros. No obstante, coincide con Lausín en las largas esperas en los puestos de la Guardia Civil. «Si cada día que hay que denunciar tienes que estar dos horas...», suspira.

Otra víctima de estos robos es Fernando Joven, responsable de Viveros Joven, cuyas instalaciones se localizan en Calatorao. Aunque sus fincas están dotadas de sistemas de seguridad, le han entrado a robar en tres ocasiones desde octubre. «Son robos a la carta: sus objetivos son fáciles de coger y de alto valor, no son voluminosos ni pesados», describe Joven, sobre quien pesa «una sensación de inseguridad, de miedo, de temor, de desasosiego y de incertidumbre». Este agricultor ha sufrido los robos de «inversores de las placas fotovoltaicas» y de remolques que, «afortunadamente», los ha llegado a recuperar.

«La Guardia Civil tiene que estar a las once de la noche en la vega de Salillas, Lumpiaque, Épila, Ricla, La Almunia... Tiene que estar en los caminos y tiene que estar trabajando cuando trabajan los ladrones», sentencia Joven. 

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