SUCESOS EN ARAGÓN

Emilio, sobre quién asesinó a su padre, 'El Quinqui Medrano' en Calatayud: "Puede ser que mi madre lo supiera y esté encubriendo a alguien"

El hijo viajó el 5 de enero a Calatayud ya que su padre Raimundo no le cogía el teléfono | La hija pequeña, María Isabel, dice que su padre no era ciego y que incluso conducía

La segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Zaragoza contó ayer con la intervención de los tres hijos de Mari Carmen y Raimundo, y agentes de Policía Nacional.

La segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Zaragoza contó ayer con la intervención de los tres hijos de Mari Carmen y Raimundo, y agentes de Policía Nacional. / JAIME GALINDO

María del Carmen Villa Fernández declaró durante la primera sesión del juicio que ella solo escuchó «un disparo» que acabó con la vida de su marido Raimundo Medrano, alias El Quinqui Medrano, esa mañana del 5 de enero de 2015 en Calatayud. No quiso dar más detalles y, de hecho, tampoco dio ninguna oportunidad a la fiscala, Mónica Vidal, a quien se dirigió en los siguientes términos: «Ahí no voy a decir nada más, señoría». Por estas enigmáticas palabras fue preguntado este martes el hijo de la acusada, Emilio Medrano, a lo que este último respondió: «Si te digo la verdad, puede ser que mi madre lo supiera y esté encubriendo a otras personas».

Emilio declaró ayer en calidad de testigo pues, según relató a la sala, su madre le confesó el crimen en torno a las 02.00horas del 7 de enero. Aunque él residía en un pueblo de la provincia de Guadalajara, se trasladó a Calatayud el 5 de enero ya que se extrañó al llamar por teléfono a su padre y que este no le contestara. «Me cogía las llamadas a los tres pitidos como mucho», detalló. Cuando llegó a la localidad bilbilitana, continúa Emilio, notó a su madre «un poco rara y con la mirada perdida».

No obstante, Emilio «no» acompañó el 6 de enero a su hermana y a su madre a la comisaría local de la Policía Nacional de Calatayud para denunciar la desaparición de su padre ya que sobre él pesaba una orden de busca y captura «porque tenía un caso de estafa que yo había hecho en Zaragoza». Así trató de justificar su huida «monte a través» cuando una dotación de la Policía Nacional se personó en el domicilio de la calle San Roque por segunda vez durante la tarde del 6 de enero.

En ese momento, a eso de las 19.30 horas, un agente de Policía Nacional aseguró que Mari Carmen «estaba montada en uno de los vehículos» y le manifestaron «que se iban a Barcelona». «A mí me desconcertó. Solicité apoyó y les invité a acceder nuevamente a la vivienda», explicó este agente. Por su parte, Emilio regresó al número 37 de la citada vía pasada la medianoche.

Esta sucesión de acontecimientos fue explicada con todo tipo de detalles por el instructor del caso y, en aquel momento, Jefe del Grupo de Policía Judicial de la Policía Nacional en Calatayud. Al respecto, relató que participó en la inspección ocular de la vivienda cuando Mari Carmen confesó el crimen. El cadáver, «parcialmente quemado», lo encontraron en el leñero, un espacio que se localiza en «la habitación más próxima al dormitorio». En el interior del domicilio apreciaron «rastros de lo que podría ser sangre» como, por ejemplo, en las láminas del somier, en el colchón de la cama de matrimonio y en la fregona y la ducha del baño. También se toparon con el arma homicida, una pistola semiautomática de la marca Astra que yacía «apoyada en el suelo de la cocina, en la zona de la chimenea». «Había cascotes de yeso en el suelo, compatibles con haber estado escondida», añadió el instructor.

Las llamadas de Mari Carmen a su hermana

Este también respondió ante la fiscala por, según él, «la inusual actividad en la línea de teléfono de Mari Carmen». Existe «un repunte de actividad a partir de las 10.00 horas con su hermana» con una primera llamada a María Isabel a a las 10.31 horas y una última, la decimocuarta, a las 15.46. «La mayor parte parecen intentos de comunicación», describió el instructor, que situó el «primer posicionamiento del terminal de María Isabel» en Calatayud a las 17.07horas. En este sentido, su abogado, Javier Reguera, hizo ver a la sala con sus preguntas la imposibilidad de que su clienta estuviera en Calatayud cuando Mari Carmen habría tratado de quemar el cadáver de Raimundo. Así lo reiteró el instructor con las siguientes palabras: «Los vecinos ubican el humo en el patio en una franja de la mañana. En ese momento desde luego que no estaba en Calatayud».

"En mi casa hemos visto los malos tratos desde que tenemos uso de razón y jamás le hemos levantado la voz a mi padre", aseguró una de las hijas de Mari Carmen

La segunda sesión de la vista que se celebra a lo largo de esta semana en la Audiencia Provincial de Zaragoza contó con la declaración de la hija pequeña de Mari Carmen y Raimundo, también de nombre Mari Carmen. Esta última defendió con sus palabras los malos tratos que el lunes había denunciado su madre durante su turno de palabra: «En mi casa hemos visto los malos tratos desde que tenemos uso de razón y jamás le hemos levantado la voz a mi padre. Era una persona muy manipuladora y muy respetada por la anterior vida que había llevado. Mi madre era una persona que no tenía ni voz ni voto».

Además, negó ante la sala que su padre fuera ciego pues, según ella, «en ningún momento dependía de nadie para ir al baño, salir a la calle o coger un coche». Tanto es así que Mari Carmen se remontó a «una fuga en Ordaz (Toledo)» y un atentado contra la autoridad dado que su padre conducía un vehículo «sin carnet».

No obstante, estos malos tratos que denunció con anterioridad Mari Carmen, la hija, fueron negados con rotundidad por su hermano Emilio y por su otra hermana María Pilar. «¿Lo ha visto la hermana pequeña y no lo vamos a ver los hermanos mayores?», preguntó irónicamente María Pilar, aunque como recordó el letrado de la defensa, José María Pedregal, en la declaración del 12 de enero ante el Juzgado de Instrucción de Calatayud no quiso contestar a esta pregunta.

En una de sus últimas intervenciones, Pedregal protestó ante la Magistrada Presidente del Tribunal de Jurado, Esperanza de Pedro, pues María Pilar confesó haber entablado conversación esta misma mañana, la de este martes 17 de enero, con su hermano Emilio acerca de los problemas dentales que sufría su madre, pues había sobrevolado por la sala la posibilidad de que tuvieran algo que ver con los «malos tratos» de Raimundo. Tanto Emilio como su hermana María Pilar coincidieron en que estos problemas dentales no se debían a esos malos tratos que había relatado su otra hermana Mari Carmen.