SUCESOS EN ARAGÓN

Asesinato en Calatayud: ¿Quién mató al 'Quinqui' Medrano?

Un jurado popular dictará este lunes veredicto sobre si Mari Carmen fue la asesina de su marido

Mari Carmen, en el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza, junto a su abogado, José María Pedregal.

Mari Carmen, en el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza, junto a su abogado, José María Pedregal. / JAIME GALINDO

María del Carmen Villa Fernández se sentó el lunes en el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza casi sentenciada a los 26 años de cárcel que la Fiscalía solicita hacia ella como presunta autora del asesinato de su marido Raimundo, alias El Quinqui Medrano, el que fuera la mano derecha de El Lute. Parecía que existían pocas dudas sobre la autoría de este crimen. Ha sido así hasta que se ha personado en la causa José María Pedregal, el abogado de Mari Carmen que ha sustituido al anterior letrado impuesto por Emilio, el hijo de la acusada. Este penalista madrileño, que ha asumido la defensa de la acusada hace algo menos de tres meses, ha hilado una serie de detalles que le permiten sostener ante el jurado popular que «no hay una prueba directa que diga que Mari Carmen haya disparado».

No solo alude al disparo con el arma homicida, sino que ha hecho ver al tribunal popular que este asesinato está plagado de un mar de dudas e incógnitas que la sentencia nunca llegará a dar respuesta. ¿Quién ayudó a Mari Carmen a trasladar el cadáver hasta el patio para quemarlo y luego al leñero para esconderlo? ¿Mari Carmen está encubriendo a una tercera persona? ¿Era realmente ciego Raimundo? Ya indicó Pedregal al jurado popular durante su primera intervención que cualquier duda les debe llevar a «declarar la no culpabilidad» y en ello insistió también en la última sesión del juicio: «Si tuvieran una duda, no pueden condenar».

Unas dudas que no existen para la fiscala Mónica Vidal, quien se remite a las cuatro versiones diferente de los hechos para sentenciar que Mari Carmen es una mujer «con tendencia a la maquinación de alcanzar siempre su fin», en este caso, el de su inocencia. Por eso la fiscala alude, sobre todo, a la primera declaración que se le tomó el 9 de enero de 2015. Una primera declaración con «todo lujo de detalles» en la que confesó ser la autora del asesinato.

Los forenses sostienen que Raimundo fue asesinado antes de las 9.00horas del 5 de enero y dos horas después de su última ingesta

Según explicaba el ministerio fiscal en sus conclusiones provisionales, Mari Carmen asesinó a Raimundo a eso de las 10.00 horas tras asestarle un disparo con una pistola semiautomática de la marca Astra. Sin embargo, los médicos forenses que practicaron la autopsia determinaron que Raimundo murió antes de las 09.00 horas del 5 de enero y dos horas después de su última ingesta. Salvador Baena e Isabel Moreno concretaron que la muerte se acercaba «más a la noche porque hemos retrasado los efectos putrefactivos con la gasolina», pero que podría ser muy compatible con un desayuno muy temprano a eso de las 06.00 horas.

No obstante, los forenses añadieron que la autopsia reveló un resultado de 0,54g/l de alcohol en sangre. «El individuo había comido y estaba en digestión», detallaron. A ello aludió Pedregal en su última intervención con esa «ingesta copiosa y con bebidas alcohólicas». «¿Quién estaba la noche del 4 en la casa?», suspiró ante la sala con un dominio de los tiempos suficiente para sembrar la incertidumbre.

Este halo de misterio se remonta a las declaraciones de Mari Carmen durante la primera sesión del juicio, en la que ha sido su cuarta versión diferente de los hechos. Ella solo escuchó «un disparo» a primera hora de la mañana de ese 5 de enero. No quiso dar más detalles y tampoco dio ninguna oportunidad a la fiscala Mónica Vidal, a quien se dirigió en los siguientes términos: «Ahí no voy a decir nada más, señoría. La pistola la sacó una persona; no la saqué yo, señoría». Por estas palabras fue preguntado al día siguiente su hijo Emilio, a lo que respondió: «Si te digo la verdad, puede ser que mi madre lo supiera y esté encubriendo a alguien».

La acusada escondió el cadáver de su marido en el leñero de esta vivienda. | ÁNGEL DE CASTRO

La acusada escondió el cadáver de su marido en el leñero de esta vivienda. | ÁNGEL DE CASTRO / alfonso tremul

La posibilidad de encubrimiento ha sobrevolado la sala y cobra cierta fuerza con detalles que, por separado, pueden pasar desapercibidos. Para su abogado hay que entender el «desconocimiento» que existe sobre «el mundo merchero». «Los quinquilleros no somos chivatos», contestó Mari Carmen a la fiscala. Por eso su abogado entiende que «la instrucción es deficiente», pues no se abrieron otras líneas de investigación más allá de creer a pies juntillas la confesión de Mari Carmen.

Lo que sí ha quedado acreditado es que Raimundo fue asesinado allí, en su domicilio del número 37 de la calle San Roque, por «un disparo homicida» que le provocó una muerte «inmediata» dada la «destrucción de los centros vitales encefálicos». También se han encontrado restos de sangre en el tambor de la lavadora, en la fregona y en el plato de la ducha a pesar de que «era evidente que lo habían limpiado».

La retirada de la acusación a su hermana Isabel

Junto a Mari Carmen se sentó también en el banquillo de los acusados su hermana Isabel, en calidad de cómplice y defendida por el letrado Javier Reguera. Retomando las conclusiones provisionales del ministerio fiscal que leyó en primera instancia el Letrado de la Administración de la Jusiticia (LAJ), Eduardo Cativiela, Isabel se habría trasladado el 5 de enero a las 13.47horas desde Peñalén, en Guadalajara, hasta Calatayud para quemar el cadáver y luego esconderlo en el leñero.

Sin embargo, una vecina de este barrio de San Roque testificó durante la primera sesión del juicio que la quema del cadáver se había producido a eso de «media mañana», en torno a las 10.00 y las 11.00horas, cuando apreciaron una columna de «humo muy blanco». Además, el instructor de las diligencias situó el primer posicionamiento del terminal de Isabel a las 17.07horas en la localidad bilbilitana. Todo ello llevó la Fiscalía a retirar la acusación hacia Isabel al considerar «imposible» que ayudara a su hermana Mari Carmen a perpetrar el crimen.

La Policía Científica defiende que es "prácticamente imposible" que Mari Carmen trasladara por sí sola el cadáver al patio y al leñero

Esta retirada de la acusación hacia Isabel por parte del ministerio fiscal abrió otra grieta en la causa, pues ya se había descartado que fuera ella quien ayudara a su hermana a trasladar el cadáver desde el dormitorio hasta el patio. «¿Cómo se trasladó el cadáver? Ella sola no pudo mover el cuerpo», expuso su abogado, quien se apoyó en las declaraciones de los efectivos de la Brigada Científica de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que participaron en la inspección ocular de la vivienda.

«El cadáver era el de una persona de complexión obesa y tuvimos que trasladarlo entre cuatro personas. Tengo la sensación de que sudamos. Es prácticamente imposible hacerlo solo», explicaron sin ningún tipo de duda a pesar de que Mari Carmen había admitido que lo había sacado «a rastras» hasta el patio: «Ahí (por el leñero) lo metí yo también. El miedo da mucha fuerza y lo hice yo sola».

Otro de los detalles que abrió la siguiente grieta fue la ceguera que sufría Raimundo tras un accidente con una caldera en 1969. Pedregal se remitió a un atestado de la Guardia Civil de 2011 por el que se le había encausado tras llegar «a embestir a un coche de la Guardia Civil» y darse a la «fuga» en Orgaz. Sin embargo, la magistrada presidente del Tribunal de Jurado, Esperanza de Pedro, zanjó que no se iba a tener en cuenta para la deliberación ya que fue presentado fuera de plazo.

Estos son algunos detalles que han sembrado la duda en la sala 3 de la Audiencia de Zaragoza. ¿Inocente o culpable? Mari Carmen se ratificó en su última palabra: «Qué voy a decir, que soy inocente».

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