SUCESOS EN ARAGÓN

El parricida de La Almozara fue consciente del crimen pese a su trastorno paranoide

Las forenses señalan que Héctor López Ferrer se ensañó con su padre al que asestó 56 puñaladas / Aseguran que la madre también pudo haber sido asesinada si no llega a taparse el cuello

El juicio por el parricidio en La Almozara se celebra en la Audiencia de Zaragoza.

El juicio por el parricidio en La Almozara se celebra en la Audiencia de Zaragoza. / ÁNGEL DE CASTRO

Día clave en el juicio contra el parricida de La Almozara. Los miembros del jurado, constituido en la Audiencia Provincial de Zaragoza para dilucidar el grado de culpabilidad de Héctor López Ferrer, pudieron conocer el informe de autopsia en el que no hay dudas de que hubo ensañamiento en dicho asesinato y el del estado mental del encausado que concluye que fue plenamente consciente de lo que hizo, si bien tiene una personalidad paranoide. Esto último podría atenuarle la pena sí así lo considera el tribunal popular presidido por el magistrado Alfonso Tello.

Las psicólogas del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón (Imlcfa) destacaron que sufre un trastorno de personalidad paranoide crónico. Esto hace que piense que todo va en su contra hasta el punto de que si ve a una persona por la calle riéndose este pueda pensar que se burlan de él. La consecuencia del mismo fue su aislamiento social y los constantes desencuentros con sus padres por proyectar en ellos sus errores. "Es una persona que malinterpreta todo por entender que su entorno es hostil, conteniendo la ira que ello le genera y cuando la manifiesta es en una forma muy agresiva", destacó del Ruste, que ejerció de portavoz.

Pero las especialistas quisieron dejar claro que, pese a este diagnóstico al que llegaron tras dos entrevistas con él, así como teniendo en cuenta el análisis del psiquiatra de la cárcel de Zuera, el encausado es plenamente imputable. Hablaron del término juicio de realidad, es decir, tiene capacidad de saber lo que es real y no lo es. "Héctor López Ferrer sabe lo que ha pasado, puesto que no tiene una patología delirante", incidió del Ruste que hizo de portavoz de su compañera.

Estas médicas legales también hicieron una valoración del consumo de alcohol y si este pudo influirle en la comisión del asesinato. Sorpresivamente aseguraron todo lo contrario. Pese a que de forma semanal los padres del encausado le compraban semanalmente siete tetrabriks de vino y una botella de whisky para que les dejara tranquilos, las psicólogas consideraron que no actuó así como consecuencia del síndrome de abstinencia que el procesado dijo sufrir. Este incidió en todo momento que había dejado de beber tres días antes de coser a puñaladas a su padre José Javier e intentar matar a su madre María Pilar. Sin embargo, tanto Ruste como Ortubia concluyeron que "conservaba" sus facultades cognitivas y volitivas.

"Héctor López Ferrer sabe lo que ha pasado, puesto que no tiene una patología delirante"

Ante dicho informe, tanto la fiscala Nieves Zaragoza como las acusaciones realizadas por los abogados José María Lumbreras y Luis Márquez quisieron saber el por qué de su falta de recuerdos del momento del asesinato. Las psicólogas lo tuvieron claro, "por la memoria selectiva". "No tiene ninguna patología mental para dicho lapsus, él detalló todo lo que hizo antes y todo lo de después y es posible que su cerebro haya tratado de borrar ese recuerdo", añadieron. Asimismo, rechazaron que Héctor López Ferrer realizara un plan preconcebido para matar a su padre y luego a su madres, pues lo definieron como una persona que contiene su ira y que ante cualquier malestar estalla. Eso sí, negaron que actuara obcecado, una de las bazas que tenía la abogada de la defensa, Alba Vicente, para aminorar pena de prisión.

Trató de defenderse, pero sin fuerzas

Los miembros del jurado también pudieron escuchar a las forenses que realizaron la autopsia. Las médicas legales Ramón y Moreno consideraron que José Javier, de 71 años, murió por una hemorragia masiva tras ser cosido a puñaladas. Detallaron cada una de las 56 cuchilladas que le asestó "con gran violencia" pues "llegó a partir la punta de la navaja" y "hay heridas con la profundidad de toda la hoja". Una agresividad que destacaron las facultativas al tiempo que añadieron que hubo ensañamiento pues "se puede matar sin causar tantas heridas". El corte que afectó a la yugular, "que fue mortal de necesidad", fue de los últimos que sufrió este hombre al que llegaron a asistir los sanitarios del 061 en el interior de la vivienda familiar situada en el número 46 de la calle Reino, si bien no pudieron hacer nada por salvarle la vida.

Asimismo, explicaron que hubo lesiones de defensa en las manos y brazos cuando "trató de taparse del ataque de su hijo, pero en ellas se ve que ya no tenía fuerzas".

Por otro lado, las forenses destacaron que los seis cortes que presentaba la madre del acusado "demuestran que si no llega a taparse el cuello con las manos estaríamos ante un segundo cadáver".

El juicio continuará este jueves. Las acusaciones solicitan la prisión permanente revisable, mientras que la Fiscalía pide una condena de 36 años. Por su parte, la defensa insta al ingreso en un centro especializado en salud mental.