Natalia Chiguachi, la joven colombiana que mató a su novio de una certera cuchillada en el corazón el pasado domingo en la capital aragonesa, dormirá en prisión. La magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza acordó su ingreso provisional como autora de un delito de homicidio, pese a que en su declaración trató de rebajar su responsabilidad en el crimen.

Tanto la Fiscalía como la abogada de la familia de la víctima, Olga Oseira, habían solicitado esta medida cautelar ante las pruebas recopiladas por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón y las contradicciones en las que recayó esta mujer colombiana, que está siendo defendida por el letrado Juan Carlos Macarrón. A la gravedad de los hechos también sumaron que en otra causa estuvo en busca y captura pues se desconocía su paradero. Al final, tal y como adelantó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, Natalia ya estuvo seis meses en el centro penitenciario de Zuera, cumpliendo el impago de una multa por quebrantar una orden de alejamiento que se le impuso con respecto a la expareja de de un novio anterior al ahora asesinado.

Natalia aseguró ante la jueza que la víctima, Sliman Guiz, sufrió un ataque de celos cuando ella paseaba junto a un amigo durante la noche de este pasado sábado y, finalmente, terminó por abandonar este paseo para regresar con Sliman a la vivienda que ambos okupaban en la capital aragonesa. Allí tuvieron una fuerte discusión que provocó la llamada de los vecinos al Cuerpo Nacional de Policía y, hasta dicho domicilio del número 273 de la avenida Madrid, se desplazaron efectivos de la Brigada de Seguridad Ciudadana. En la casa estaba durmiendo la niña de dos años, hija de la arrestada con otro hombre.

El relato de la acusada

En ese impass -siempre según el relato de la acusada ante la jueza- Sliman habría aprovechado para saltar por la ventana que da al patio de luces por lo que los agentes no pudieron entrevistarse con él a su llegada. Ella, supuestamente amenazada por su novio, no confesó ante los policías que había sido víctima de una agresión. De hecho, restó importancia a lo sucedido y los agentes abandonaron la vivienda. Esta primera discusión tuvo lugar en torno a las tres de la madrugada.

No fue la única bronca que ambos tuvieron esa misma madrugada pues a eso de las 08.30 horas volvieron a las andadas. Media hora más tarde todo había acabado. Según Natalia, tras un forcejeo, Sliman marchó a la cocina y empezó a gritar: "¡Gorda! ¡Gorda! ¡Ven!". Cuando entró en la cocina, encontró a su pareja con un cuchillo clavado, de modo que ha insinuado ante la jueza que fue él quien acabó con su propia vida.

Su reacción fue trasladar y tumbar a Sliman al sofá, donde los agentes encontraron el cadáver y donde los sanitarios solo pudieron certificar su fallecimiento. La televisión estaba encendida. Natalia explicó a la jueza que fue ella quien llamó a la sala de 091 a eso de las 10.00 horas, alertando de que su pareja estaba semiinconsciente, con un color muy blanco y muy pálido. Ya no supo explicar más a la magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza, alegando su estado de nerviosismo.

No obstante, los agentes que participaron en la inspección ocular de la vivienda okupada no encontraron rastros de sangre en el suelo y, de hecho, el arma homicida había sido fregada y estaba secando en el escurreplatos de la cocina. En este sentido, la acusación particular, ejercida por Olga Oseira, consideró que el ataque del que fue víctima Sliman pudo haber sido sorpresivo mientras él permanecía tumbado en el sofá viendo la televisión.

Además, en su primera declaración ante los policías, manifestó que no sabía qué había pasado y solo recordó que, tras una discusión, cayeron sobre un patinete de forma que Sliman se lo habría clavado.

Aunque los forenses encontraron lesiones antiguas y nuevas en el cuerpo de la acusada, no apreciaron heridas de cuchillo derivadas de un posible forcejeo entre ambos y descartaron esta última posibilidad. Este fue uno de los factores principales que llevó a la jueza a decretar el ingreso en prisión de la joven colombiana de 32 años.