SUCESOS EN ARAGÓN

Una farmacia y dos bares de Zaragoza, estafados con más de 9.000 euros

Los delincuentes se ponen en contacto con los empleados y las exigen un pago urgente | Las víctimas siguen las órdenes por teléfono y piensan que sus jefes están al otro lado

Agentes de uno de los dos grupos de la unidad de Delitos Tecnológicos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. | EL PERIÓDICO

Agentes de uno de los dos grupos de la unidad de Delitos Tecnológicos de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. | EL PERIÓDICO / a. t. b.

La Jefatura Superior de Policía de Aragón alertó a principios de año de un incremento de estafas hacia los comercios y bares de Zaragoza mediante una llamada telefónica en la que el estafador exigía el pago por un producto o servicio urgente a uno de los trabajadores de estos negocios. Poco más de un mes después de dicho aviso, este modus operandi se sigue cobrando víctimas en la capital aragonesa como, por ejemplo, una farmacia a la que ya estafaron 6.000 euros o a un par de bares que sufrieron lo propio con 1.700 y 1.400 euros, respectivamente. Estos establecimientos son algunas de las víctimas que dejan estos delincuentes, quienes se ganan la confianza de uno de los empleados para arañarles una considerable cantidad de dinero que terminan ingresando en cajeros de bitcoin o de estancos.

Precisamente, esto es lo que sucedió la semana pasada en un céntrico bar de Zaragoza cuando una de sus camareras recibió por la mañana una llamada de un desconocido que aseguraba estar en compañía de su jefe, el dueño del bar. Lo cierto es que los estafadores ya se habían cerciorado de que su superior no andaba por el bar y, en todo momento, insistieron a la camarera en que no descolgara el teléfono para evitar que su plan fracasara si, por un casual, acababa comunicándoselo a algún compañero o incluso llamando a su jefe.

Los delincuentes le comunicaron la necesidad de abonar urgentemente 500 euros para efectuar un pago urgente. Estaba todo perfectamente organizado ya que, para ganar en credibilidad, se escuchaban los murmullos de una tercera persona. Supuestamente era el dueño. La empleada siguió paso por paso las órdenes que recibía desde el otro lado del teléfono y recogió esos 500 euros de la caja registradora. No solo se conformaron con este medio millar de euros, sino que también le instaron a recoger otros tantos de un sobre. Como ella desconocía dónde estaba guardado, pensó que sería buena idea adelantarlos de su bolsillo y eso es lo que hizo con otros 900 euros.

Era temprano y no dudó en cerrar el bar a cal y canto para acercarse a un cajero y retirar esos 900 euros en efectivo que, sumados a los 500 de la caja registradora, hacían un total de 1.400. Con ese fajo de billetes se dirigió a un estanco, donde abonó esa cantidad a una cuenta corriente.

Todos estos pasos los siguió bajo las instrucciones que le eran transmitidas vía telefónica. Aunque la llamada a través del teléfono fijo del bar se terminó cortando cuando salió al cajero, estos delincuentes le llamaron a su teléfono particular para evitar perder la conexión con ella y controlar sus pasos. La sorpresa fue mayúscula para el dueño del bar cuando recibió un WhatsApp en el que su empleada le comunicaba que ya había efectuado este pago. Ya ha presentado la denuncia ante la Jefatura Superior de Policía de Aragón y ahora espera que las investigaciones den sus frutos con la recuperación de este insumo.

La Policía Nacional, en esa alerta que emitió el pasado 4 de enero, ya detalló este modus operandi, en el que el delincuente facilita datos veraces de los encargados o dueños del negocio como, por ejemplo, sus nombres o teléfonos. Para tratar de llevar a cabo su cometido, apremian y asustan a los trabajadores con graves consecuencias para el establecimiento si no acceden a efectuar los pagos solicitados.

Ante ello, las prisas y las amenazas por las consecuencias, la víctima accede a recabar todo el dinero que puede de la empresa e incluso saca dinero de su cuenta corriente para adelantarlo y realizar los pagos que le solicitan. Estos estafadores guían y dan instrucciones a las víctimas para que el dinero obtenido se ingrese en cajeros de bitcoins, mediante códigos que les remiten por WhatsApp. En este sentido, la Policía Nacional recomienda no hacer caso a la llamadas, colgar y ponerse en contacto con los encargados del negocio o con la persona que el estafador haya utilizado como garantía del pago, interponer denuncia y facilitar los datos aportados por los estafadores.

Asimismo, recuerdan que desde el Área de Participación Ciudadana de la Policía Nacional, a través del Plan Comercio Seguro, se está en contacto permanente con los establecimientos comerciales para dar consejos sobre prevención y, a la vez, establecer canales de interlocución bidireccionales.