SUCESOS EN ARAGÓN

Un 'DDP' afronta diez años de cárcel por violar y amenazar de muerte a una joven en Zaragoza

Las psicólogas tildaron de "compatible" el relato de la víctima con el estrés postraumático y desajuste emocional que ahora sufre | El acusado cuenta en su historial delictivo con antecedentes por robos con violencia, drogas y resistencia a la autoridad

El acusado, José Luis G., durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza, ayer.

El acusado, José Luis G., durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza, ayer. / JAIME GALINDO

Cuenta con “antecedentes penales de cierta entidad” al pertenecer a una de las bandas latinas consolidadas en Zaragoza como los Dominican Don´t Play (DDP) y ayer se sentó en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza por haber violado supuestamente a una joven de 18 años en agosto de 2021. Por ello José Luis G. G., de 28 años y origen dominicano, afronta diez años de cárcel por un delito de agresión sexual y la acusación particular, ejercida por Carmen Sánchez Herrero, solicita también una indemnización de 20.000 euros para su representada.

Mientras que el acusado defendió ante el tribunal provincial de la Sección Primera que las relaciones sexuales que mantuvieron fueron “consentidas”, la víctima recordó que se negó en todo momento, se resistió a ello y no dejó de gritar hasta que logró que cesara la penetración sin preservativo. Ahora sufre episodios de estrés postraumático y desajuste emocional, según las psicólogas y peritos judiciales médicos que comparecieron ayer, “compatibles” con los hechos denunciados.

La joven relató que había estado tomando unas copas con el ahora acusado y con su amigo Rubén en dos bares de La Zona de la capital aragonesa. Tras ello, fueron en taxi al Casco a buscar a dos amigas de Rubén, pero acabó quedándose a solas con el enjuiciado y este le dijo que le acompaña a su casa, ubicada en el barrio San José. “Yo no quería subir ni tenía ninguna intención más. Me agarró del brazo y me subió mientras me tapaba la boca. Intenté resistirme, pero no pude y me quitó la parte de abajo”, afirmó esta veinteañera, recordando que no dejó de gritar “¡Por favor! ¡Para! ¡Para!” mientras él la penetraba. “Una voz llamó a la puerta y ahí es cuando él paró. Me vestí rápido, me agarró del cuello y me bajó al portal”, añadió la joven, ya que en ese impass había llamado por teléfono a Rubén para que le fuera a recoger hasta allí. “Me dijo 'Como cuentes algo, te mato' y me estuvo mirando desafiante hasta que nos fuimos en el coche”, finalizó.

"Me agarró del brazo y me subió mientras me tapaba la boca. Intenté resistirme, pero no pude y me quitó la parte de abajo", declaró la víctima

Tuvieron que pasar tres semanas hasta que la joven decidió denunciar los hechos ante la Policía Nacional. No lo hizo antes por “miedo”, ya que había oído “rumores” sobre su pertenencia a los DDP. Tampoco se lo comentó a Rubén cuando se quedaron a solas durante la madrugada de los hechos. “Fue arrancar el coche y ponerse histérica, empezó a temblar y me dijo que no podía contar nada, que sino a mí también me iban a matar. Estuve una hora y medio tranquilizándola”, corroboró Rubén a preguntas del ministerio fiscal.

La prueba pericial

La chica presentaba también una herida en el muslo y, de acuerdo a la intervención de los peritos judiciales médicos Cristina Mochales y José Antonio Coello, esto era “compatible” con haberse dado un golpe con un objeto del dormitorio “al intentar escaparse”. En paralelo, la psiquiatra del Servicio Aragonés de Salud, Marta María Alda, tildó de “compatible” el estrés traumático que sufre la joven y toda su sintomatología con la “situación violenta” que había sufrido. “Claramente hay una relación de causa-efecto”, zanjó. Esto mismo expresó también la psicóloga de la Oficina de Atención a la Víctima, Oneida Azón.

Con todo ello, la fiscala, que pide ocho años de cárcel, no tuvo ninguna duda de que la versión de la joven “reúne todos los parámetros jurisdiccionales para ser creíbles” al tratarse de una declaración “consistente, persistente y sin lagunas”. Todo ello es, para el ministerio público, “suficiente para emitir una sentencia condenatoria”. En esta misma línea se pronunció la abogada de la víctima, Carmen Sánchez Herrero, a tenor de “todas las circunstancias y pruebas periféricas”. Por su parte, el letrado de la defensa, Ignacio Buil, solicitó la absolución de su cliente al considerar que “hubo voluntariedad y consentimiento” en la práctica del episodio sexual relatado.

El acusado, que ya ha sido condenado con anterioridad por robos con violencia, tráfico de drogas o resistencia a la autoridad, hizo uso de la última palabra para desmarcarse de cualquier tipo de vinculación con los Dominican Don´t Play. “No soy de una banda. Llevo 16 años en este país y que quede claro que no pertenezco a ninguna. Yo no he hecho nada aquí, salgo de fiesta y siempre tengo actividad sexual”, concluyó.