DELINCUENCIA CALLEJERA

Dos menores, detenidos por un robo con mataleón en Delicias (Zaragoza)

Un policía fuera de servicio detuvo a los chicos en la capital aragonesa

Coche de la Policía Nacional.

Coche de la Policía Nacional. / EL PERIÓDICO

Poco antes de las tres de la tarde y en la concurrida avenida Madrid, en el zaragozano barrio de Delicias, un joven fue víctima de un robo con violencia mediante la técnica del mataleón. Por suerte, un policía nacional fuera de servicio lo vio todo y acabó arrestando a los dos sospechosos, dos niños de 14 y 15 años. La víctima tuvo que ser asistida tras quedar inconsciente.

La agresión tuvo lugar a la altura del número 32 cuando la víctima, de forma sorpresiva, se vio rodeada por un grupo de chicos que, uno de ellos, le estrangularon con sus brazos, provocando que ésta perdiera la conciencia en cuestión de segundos. Gracias a ello, le quitaron el teléfono móvil.

Tras ello, los sospechosos salieron corriendo, si bien dos de ellos no consiguieron ir muy lejos y fueron arrestados. La víctima les reconoció después de recuperarse. 

En el año 2019 hubo una oleada de la técnica del mataleón en Zaragoza, llegando a suponer un 10% de este tipo de hechos delictivos. Esto llevó a la Jefatura Superior de Policía de Aragón a crear un grupo exclusivo contra los robos violentos. Hasta la fecha el objetivo es, en la mayoría de ocasiones, hombres jóvenes y, a ser posible, que estén bajo los efectos del alcohol de cara a evitar episodios de resistencia. Es por ello que sus zonas de actuación son siempre los alrededores de los bares y discotecas. Hacen vigilancia a la salida de estos lugares, les siguen y en calles angostas les abordan y les roban, todo en menos de dos minutos.

El objetivo es siempre el teléfono móvil y la cartera por si llevan algo de dinero tras una noche de diversión. Suele ser complicada la resolución de estos casos, pero no imposible. Principalmente porque los denunciantes señalan que no han podido verles la cara a sus agresores o porque han perdido la conciencia. Sin embargo, siempre hay un testigo, así como cámaras de videovigilancia de edificios, comercios y bancos que acaban señalando a esos sospechosos. Muchos de ellos son reincidentes y están fichados.