Adil Lazizi consiguió estar dos años en paradero desconocido, tras aprovechar un permiso carcelario para no volver a la prisión de Zuera. Cumplía una condena de 21 años por asesinar, en Madrid, a una joven francesa en 2001 en el marco de unos abusos sexuales, pero decidió esconderse en el piso de su novia en el zaragozano barrio de San José. Allí, en 2022, mató a su vecina en el rellano de casa por alguna razón que todavía se desconoce. Ayer, este criminal se sentó en el banquillo por ser un prófugo de la Justicia, si bien todavía está pendiente del juicio por acabar con la vida de Cristina.

El tiempo que estuvo disfrutando de la libertad antes de reincidir en un delito de sangre lo conmutó este martes por una pena de nueve meses de prisión que aceptó como autor de un quebrantamiento de condena. Fue el acuerdo alcanzado por el ministerio público y los abogados defensores del acusado, Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, que se convirtió en una sentencia in voce dictada por el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 7 de Zaragoza. Inicialmente afrontaba diez meses.

Todavía no hay fecha fijada para que un jurado popular emita un veredicto sobre el asesinato de Cristina, de 33 años, y ocurrido en el rellano de uno de los pisos del número 8 de la calle Alegría. Por este caso la Fiscalía solicita una condena de 25 años de prisión como autor de un delito de asesinato por entender que hubo alevosía y ensañamiento, así como que concurre la agravante de reincidencia.

Aquel 30 de mayo del año pasado, con ocasión de que regresara Cristina a su vivienda, el acusado la abordó de una manera sorpresiva al tiempo que esta procedía a abrir la puerta para introducirse en su casa. Adil Lazizi, de 45 años, llevaba una gorra, un cuchillo de cocina de 20 centímetros de hoja y además había cubierto sus propias manos con unos guantes de cocina.

El acusado la siguió cuando esta se introducía al domicilio, sin darle ocasión a desprenderse de una bolsa de plástico que traía de la calle, una mochila que portaba y las llaves empleadas para la apertura de su casa. En este momento, inopinadamente la acometió con el cuchillo que llevaba asestándole múltiples cuchilladas por el cuerpo. Ella trató de defenderse, pero murió desangrada.

Adil Lazizi se apuñaló en el abdomen para señalar que él trató de defenderse de ella. Explicó en sede judicial que la joven llamó a su timbre y que al abrir la puerta ocurrió todo.