Casi 3.000 euros, un antecedente por delito leve de daños y otro por delito de resistencia ante los agentes de la autoridad que ya figuran en sendos currículum delictivos. Este es el precio a pagar por dos jóvenes debido a la gamberrada que protagonizaron hace un año durante la romería a la Virgen de la Encontrada en la localidad oscense de Chía: uno de ellos lanzó una piedra de 10 kilos contra un coche de la Guardia Civil y el otro embistió contra los agentes cuando procedía a ser detenidos.

El magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Huesca ha condenado a F. J. M. A. como autor de un delito leve de daños al pago de una multa de 400 euros a razón de ocho euros diarios durante 50 días y a una indemnización de 430 euros por los desperfectos ocasionados. Por su parte, el segundo de ellos –J. A. G. M.– ha sido condenado por un delito de resistencia al pago de una multa de 1.800 euros a razón de diez euros diarios durante seis meses.

Los hechos referidos se remontan a la madrugada del 29 de mayo de 2022, en torno a las 04.00 horas, cuando F. J. M. A. lanzó una piedra de unos diez kilos de peso contra la luna de un vehículo oficial de la Guardia Civil que patrullaba las calles de Chía con motivo del día festivo. El coche se encontraba estacionado a las puertas de la casa consistorial, por lo que algunos vecinos del pueblo fueron testigos de la escena y dieron traslado de la información a los agentes del puesto de Seira.

Durante la celebración del juicio, declaró uno de estos vecinos al que le pilló de cerca el citado incidente. «Subí a beber agua y vi un vehículo de la Guardia Civil en frente de la fuente. Oí un estruendo, vi a un individuo en calzoncillos apartándose del coche y los vio alejarse por un callejón por un camión oscuro», afirmó.

Tras ello, se inició la búsqueda de este par de individuos en la que también participaron los vecinos de la localidad, de modo que dieron con su paradero en la parte trasera de la Iglesia de San Martín, donde aguardaban escondidos en el interior de una furgoneta. Mientras que uno de ellos salió voluntariamente y se entregó a los guardias civiles, su compañero decidió esperar en el vehículo. Tardó en salir y, cuando lo hizo, se negó a identificarse incluso dando manotazos a los agentes que le requerían la documentación.

Este último afrontaba inicialmente una pena de dos años de cárcel a petición de la acusación particular ejercida por Jorge Piedrafita. La causa ha sido dirigida por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción único de Boltaña.