Riad Roumani, el fugitivo marroquí que apuñaló a un joven argelino el pasado 13 de julio en la calle Cerezo del Gancho de Zaragoza, ya había hecho lo propio el verano anterior tras clavarle una navaja en el culo a un marroquí con el que se cruzó en Conde Aranda. Por aquel entonces le constaba una orden de expulsión de España emitida por la Subdelegación del Gobierno de Zaragoza porque su situación era irregular y ya había sido condenado firmemente en anteriores ocasiones. Tanto es así que Roumani contabilizaba 18 detenciones, entre ellas, por robos con violencia, tráfico de drogas, receptación de objetos robados y okupación.

Próximamente podría sumar una nueva sentencia condenatoria, en este caso, como autor de un delito de lesiones por ese navajazo del verano del año pasado. Si bien el ministerio fiscal todavía no ha presentado su petición de pena privativa de libertad, la acusación particular solicita una pena de tres años de cárcel, una orden de alejamiento de 300 metros, su expulsión del territorio nacional y su prohibición de reingreso debido a su condición de irregular cuando protagonizó el navajazo.

Los hechos referidos se remontan a la noche del 11 de julio de 2022, en torno a las 01.00 horas, cuando Roumani abordó a la víctima junto a un amigo y, sin mediar palabra, le enseñó la navaja y se la clavó en el culo provocándole una herida incisa de dos centímetros. No pudo escapar Roumani porque en ese preciso instante se cruzó una dotación de la Policía Local que trasladaba a un detenido a los calabozos. Los agentes se apearon rápidamente del vehículo cuando observaron a la víctima sangrar abundantemente por la pierna izquierda y procedieron a la detención de Roumani. La citada causa la dirige el Juzgado de Instrucción número 8 de la capital aragonesa.

Este marroquí se encuentra en prisión provisional desde el pasado mes de julio cuando el juez titular del Juzgado de Instrucción número 5 ordenó su ingreso en el centro penitenciario de Zuera tras intentar matar a un joven argelino a plena luz del día en la calle Cerezo. Asistido por Carmen Sánchez Herrero y Luis Ángel Marcén, explicó días más tarde en el juzgado que iba «drogado» cuando espetó una cuchillada a Oussama, que fue trasladado al Hospital Universitario Miguel Servet porque le había perforado el pulmón y le llegó muy cerca del corazón.

En un primer momento, Roumani consiguió zafarse de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hasta que, al día siguiente, fue detenido en la localidad tarraconense de Deltebre. Había tratado de esconderse en una vivienda hasta que decidió salir a fumar a la calle y fue reconocido por un agente de Policía Local.