Emerson Daniel Acosta Castellano (Colombia, 2002) acorraló a una joven de 24 años en el portal de su casa ubicada en el zaragozano barrio de Delicias, le empujó contra la pared y le introdujo dos dedos en los genitales. Aunque consiguió darse a la fuga, fue localizado en las inmediaciones de la sala Garden, donde embistió contra los agentes. Volvió a zafarse de las autoridades policiales hasta que finalmente fue detenido a las puertas del centro de salud Delicias Sur no sin antes arremeter nuevamente contra ellos. Ayer, este colombiano de 21 años reconoció la sucesión de estos episodios ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza y aceptó una pena de cuatro años de cárcel como autor de un delito de agresión sexual.

Los hechos referidos se remontan a la madrugada de Nochebuena del año pasado, en torno a las 05.15 horas, cuando la víctima se disponía a abrir el portal de su casa. Aprovechó el ahora condenado para abordarle desde atrás, le sujetó por el cuello y le empujó contra la pared al mismo tiempo que introducía varios dedos en los genitales. Los gritos de auxilio provocaron la huida, de tal modo que la joven pudo refugiarse en el interior de su domicilio y, ya a salvo, dio la voz de alarma ante la sala de emergencias del 091.

Apenas unos minutos más tarde, una dotación de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón localizó a un individuo cuyas características físicas coincidían con las aportadas por la denunciante. Cuando los indicativos le solicitaron los datos de filiación, Acosta Castellano les propinó un codazo y un empujón para marchar corriendo a lo largo de la avenida San Juan Bosco.

Trató de esconderse en uno de los patios de luces del centro de salud Delicias Sur hasta que fue localizado por los policías, quienes le instaron a entregarse saltando nuevamente el muro. Así lo hizo. Lo que no esperaban los agentes es que este joven colombiano volviera a arremeter contra ellos con varios puñetazos y patadas hasta que logró ser reducido y engrilletado. Desde entonces, se encuentra interno en el centro penitenciario de Zuera.

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La citada conformidad también recoge una orden de alejamiento de 200 metros durante ocho años, la prohibición de comunicación por el mismo plazo de tiempo y cinco años de libertad vigilada. Por el delito de resistencia a agentes de la autoridad, Acosta Castellano deberá abonar una multa de 360 euros a razón de dos euros diarios durante seis meses y, por cada uno de los dos delitos leves de lesiones, una multa de 120 euros a razón de dos euros diarios durante dos meses. También deberá indemnizar a la víctima con 4.000 euros.

Estos fueron los términos del acuerdo alcanzado entre el ministerio fiscal, la acusación particular a cargo de Isabel Rived y la defensa ejercida por Alejandro Giménez, ante quienes el joven quiso dar a conocedores una carta que redactó desde la cárcel de Zuera. «Yo cito a Pablo en una epístola a los Efesios: ‘Presos en el señor os ruego que andéis como es digno de la ocasión que fuisteis llamados’. Me considero prisionero de Cristo y, en apariencia, desde luego que lo soy porque estoy confinado en la prisión de Zuera. En realidad, yo estoy encarcelado en Cristo. Disfrutemos a Cristo como nuestra cárcel para que más personas puedan conocerle. Hablo como prisionero de, pero también prisionero en él», leyó.