SUCESOS EN ARGÓN

Diez años de una pesadilla de Reyes en Aragón: dos homicidios y un asesinato en pocas horas

Este domingo se cumple un década de una trágica víspera de la festividad del 6 de enero, una jornada negra en la que se perpetraron tres crímenes en Calatayud, Teruel y Zaragoza

Wilson de la Cruz Méndez descerrajó cuatro tiros a un joven dominicano para robarle un alijo de cocaína. | JAIME GALINDO

Wilson de la Cruz Méndez descerrajó cuatro tiros a un joven dominicano para robarle un alijo de cocaína. | JAIME GALINDO

La víspera y la noche de Reyes es una fecha de ilusión ante la inminente llegada de Sus Majestades los Reyes de Oriente, cargados Melchor, Gaspar y Baltasar de regalos, sedientos de leche y hambrientos de galletas con las que endulzan su paso por el territorio aragonés. Son momentos de esperanza y de las ahora llamadas buenas vibras en los que parece no tener cabida ninguna mala noticia desde la celebración de Año Nuevo. Y es que sobre el papel hay mucho que celebrar, aunque la crónica negra nunca ha entendido de excepciones, tal y como sucedió hace diez años al quedar horrorizado Aragón con la muerte violenta de tres personas en poco más de 24 horas. Calatayud, Teruel y Zaragoza registraron en este orden dos homicidios y un asesinato entre el 5 y el 6 de enero, ya cerrados los tres capítulos en la vía judicial con condenas que suman hasta 55 años de cárcel.

En una vivienda de la calle Agustina de Aragón de Teruel todo transcurría bajo la normalidad la víspera de Reyes al reunirse una familia con un roscón de por medio. Eran aproximadamente las 18.00 horas cuando Jesús Ángel Gracia apuñaló a su padre con una navaja. Solo unos meses más tarde, en octubre de ese mismo año, se sentó en el banquillo de los acusados, desde donde pidió «millones de perdones». «Desde medio segundo después de que ocurriera, estaré, estoy y sigo estando arrepentido de lo que hice. Pido mil, un millón de perdones a toda la familia», declaró Jesús Ángel. Fue condenado a 15 años de cárcel como autor de un delito de homicidio.

Jesús Ángel Gracia apuñaló a su padre con una navaja en Teruel. | ANTONIO GARCÍA | EFE

Jesús Ángel Gracia apuñaló a su padre con una navaja en Teruel. | ANTONIO GARCÍA | EFE

Unas horas más tarde comenzaba a fraguarse otro crimen, en este caso, en un piso de la calle Navas de Tolosa, en Zaragoza. Wilson de la Cruz se armó con una pistola y, junto a un acompañante, se dirigió al citado domicilio con la intención de apoderarse de un alijo de cocaína valorado en 32.500 euros. Le descerrajó cuatro tiros a Ariel Alberto Carrasco Viola mientras la víctima trataba de arrebatarle el arma. Se dio a la fuga y fue detenido cinco años después en Washington tras ser identificado por la Interpol.

En el juicio declaró que la pistola «se disparó» sola, pero los investigadores del Grupo de Homicidios lo tuvieron muy claro al hablar sin tapujos de una «ejecución». «El cadáver parecía una diana. Fue una ejecución verdadera», concluyeron los agentes. Y el jurado no tuvo dudas: culpable de un delito de homicidio. Fue condenado a 21 años y seis meses de cárcel porque también sumaba imputaciones por tenencia ilícita de armas, robo con violencia y tráfico de drogas.

Mari Carmen asesinó de un tiro a su exmarido, el compinche del Lute, en una casa cueva de Calatayud. | JAIME GALINDO

Mari Carmen asesinó de un tiro a su exmarido, el compinche del Lute, en una casa cueva de Calatayud. | JAIME GALINDO

Pudo ser la misma noche del 5 de enero o ya en la madrugada del día siguiente al tratarse de la horquilla de la data de muerte del Quinqui Medrano, la mano derecha de El Lute. En ese tramo horario, María del Carmen Villa Fernández mató de un tiro a su marido mientras dormía en la casa cueva en la que ambos residían en Calatayud. La mujer primero denunció su desaparición, a los pocos días confesó el crimen, fue detenida y luego puesta en libertad, permaneció varios años huida de la Justicia y, en enero de 2023, se sentó en el banquillo defendiendo su inocencia. Habló entonces de un asesino fantasma, una versión que el jurado no creyó porque la castigó como autora de un delito de asesinato. Fue condenada a 18 años y seis meses de cárcel cerrando así el tercer y último capítulo de una noche de Reyes, la de tal día como hoy hace diez años, que ha quedado en los anales de la historia de la crónica negra aragonesa.

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