Un primo de la víctima sugiere otro móvil para el crimen de Ejea: "Tenían que hablar de cosas de las chicas"
El también acusado explica que el fallecido tenía que arreglar "unas cosas" con su cuñado

Alfonso Tomás G. G. y su hijo, David G. H., en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA
A lo largo de estos días, el jurado solo había escuchado una explicación para entender por qué, la madrugada del 25 de febrero de 2022, se desencadenó una reyerta en Ejea de los Caballeros (Zaragoza) con el resultado final de la muerte de Manuel Carbonell Hernández, alias Mikel. Y es que, desde el primer momento, los familiares del autor confeso del crimen apuntaron a las rencillas entre los dos clanes por el matrimonio contraído entre la hija del acusado y el hermano de la víctima. Pero un primo del fallecido ha defendido esta mañana que la trifulca nada tenía que ver con ello al recordar cómo esa noche se fraguó el viaje a la capital de la comarca de las Cinco Villas después de la barbacoa que habían disfrutado en Gallur. "Tengo entendido que tenían que hablar de cosas de las chicas. No sabía que iba a ser una pelea, pero acabó siendo una pelea", ha explicado Ángel C. C.
Lo ha hecho en calidad de acusado, pues se le imputa un delito de amenazas graves y otro de lesiones por irrumpir armado en el domicilio ubicado en la calle Juliana Larena. Tanto él como sus otros dos primos, los también procesados Noel G. B. y Jonathan G. B., han negado el citado acometimiento y han coincidido todos ellos en que tan solo siguieron las instrucciones de Mikel para arreglar "unas cosas" con su cuñado, a quien Ángel C. C. ha exculpado al precisar que el gatillo lo apretó su progenitor. "Creo recordar que Alfonso tenía colgada la escopeta y abrió fuego. Fueron dos disparos muy seguidos. Si llego a estar de pie, me da en la misma parte que le dio a Mikel", ha relatado.
A lo largo de la vista también ha comparecido el hijo del principal acusado, David G. H., quien ha venido a ratificar el relato que el día anterior defendió su padre al alegar legítima defensa como forma de repeler el ataque. "Eran bastantes personas. Nos increpaban mientras daban golpes en la puerta. Le dije al fallecido que si había algún problema lo hablaríamos mañana, recalco, hablaríamos", ha explicado el vástago. "Se organizaron perfectamente en dos grupos, uno se abalanzó sobre mí y otro sobre mi padre, al que escuché súplicas de que se marcharan, pero parecía que se encendían todavía más. Vi un fogonazo, escuché un fuerte pitido, dejaron de agredirme y quedaron todos impactados", ha continuado.
"De pueblo en pueblo"
Al final arrastró el cadáver afuera del domicilio, según ha justificado, por "miedo" a que los asaltantes regresaran allí. Y, como su padre se encontraba "confuso", "ido" y "malherido", ambos se armaron con sendas escopetas hasta que se personó allí una patrulla de la Policía Local que los encontró encañonando a la puerta. También ha hecho suyas las palabras que la semana pasada reprodujo su madre al lamentar que su vida se ha convertido en auténtico calvario. "Ahora mismo, más que vivir estamos sobreiviendo. Vamos de provincia en provincia, de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo", ha expuesto.
Con todo ello, el presidente del tribunal del jurado, el magistrado Alfredo Lajusticia, ha decretado un receso de media hora para que las partes pudieran trabajar en la elaboración de sus conclusiones. El ministerio fiscal, por ejemplo, solicita una pena de seis años de cárcel para Alfonso Tomás G. G. por un delito de homicidio con la concurrencia de la eximente incompleta de legítima defensa y también imputa un delito de allanamiento de morada a los asaltantes por el que pide tres años de prisión. La acusación particular a cargo de la abogada Jennifer Gil eleva la pena privativa de libertad hasta los 20 años por un delito de asesinato que también imputa a su hijo. La defensa ejercida por Marina Ons, por su parte, interesa la absolución de Alfonso al entender que actuó en legítima defensa. Junto a ambos también se sientan en el banquillo de los acusados tres de los asaltantes, defendidos por Javier Elía y Felipe Lafuente.
La vista se reanudará mañana a las 10.00 horas con la exposición de los informes al practicarse toda la prueba testifical y pericial una vez que los cinco acusados han declarado este miércoles en último lugar. Se trata de una práctica que se está convirtiendo habitual en este tipo de procedimientos después de que el asesino machista de Villanueva de Gállego, el pasado mes de diciembre, y el autor del crimen del ladrillazo, el pasado mes de septiembre, ya se beneficiaran de ello tras sendas solicitudes de sus abogados.
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