Las excavaciones en el yacimiento romano de La Caridad, en la localidad turolense de Caminreal, han descubierto dos nuevas viviendas con numerosos utensilios de telar diferentes a los encontrados hasta ahora en este lugar y de distintos tamaños. Así pues, se han hallado cardadores de lana o fusayolas para recoger el hilo y formar el ovillo durante la campaña de verano del Museo de Teruel en este yacimiento que comenzó en agosto y se extenderá hasta el 30 de septiembre, según informaron desde la Diputación Provincial de Teruel (DPT).

Denominadas como las casas de los telares, han sorprendido al equipo de excavación por su tamaño. Son pequeñas viviendas gemelas de unos 48 metros cuadrados cada una de ellas, mucho más modestas respecto al resto de casas localizadas en el yacimiento.

Constan de acceso desde la calle con un patio, una estancia, una cocina y una dependencia auxiliar, tipo despensa o bodega. Es precisamente en la cocina donde se han encontrado las pesas, que indicarían una intensa actividad textil artesanal en torno al fuego bajo, en el núcleo central. En una de las fusayolas encontradas, además, está grabada una extensa inscripción celtibérica que ya se está analizando.

Junto a los elementos del telar, en las estancias de las casas también han aparecido restos de útiles propios de las cocinas como ollas de preparación de alimentos en el fuego, vasijas de almacenamiento, vajilla cerámica de mesa y algún elemento de bronce, tanto del ajuar como de elementos de la construcción.

También se han encontrado aperos agrícolas pero, al contrario que en otras viviendas, de forma testimonial. «La conclusión es que la actividad desarrollada por los habitantes de estas casas era fundamentalmente artesanal», señalaron los responsables del equipo.

Manuel Rando, presidente de la DPT, y el diputado de Cultura, Diego Piñeiro, visitaron ayer este lugar. «Da gusto ver esto. Invertir en patrimonio, en nuestra identidad, merece la pena», dijo Rando.

El objetivo de esta actuación, que tiene un presupuesto en torno a los 400.000 euros y un plazo de ejecución de seis meses, es garantizar la conservación del yacimiento y prepararlo para un futura museo.

«La restauración nos da pie ya a planificar la musealización», insistió el presidente, definiéndola como «un sueño cercano» para que los visitantes puedan conocer un yacimiento «muy singular» que va a valorizar el patrimonio turolense «y atraer mucho turismo, dándole un plus a la comarca del Jiloca», reiteró Rando tras su visita.