Medio centenar de agricultores y ganadores de Tierra de Biescas, que incluye los núcleos de Orós Alto, Orós Bajo y Oliván, han firmado las alegaciones en contra del soterramiento de una línea de alta tensión que se tendría que construir para evacuar la energía generada por un macroproyecto de placas fotovoltaicas pendiente de aprobación.

En Biescas son cerca de 20 propietarios de terrenos los que estarían afectados por esta línea de alta tensión; mientras que en Orós y en Oliván serían unos 10 por municipio. En total, son unas 150 parcelas que se verían afectadas por el trazado, al considerarse una servidumbre por la zanja donde irá la línea de alta tensión, además de una zona cámara de empalme. También se prevé una ocupación temporal de tres metros a cada lado desde el borde de la canalización.

La línea de alta tensión soterrada discurriría de Biescas a Senegüé, donde se instalarían las placas fotovoltaicas hasta Sabiñánigo, en otro proyecto hasta Jaca y en un tercero en el entorno de la ciudad jaquesa.

El plazo para presentar las alegaciones vence el 14 de noviembre y los afectados tienen previsto llevarlas el día 11 del mismo mes al registro de la Delegación del Gobierno en Aragón en Huesca. Además, preparan nuevas movilizaciones en próximas fechas.

En concreto la alegación que hacen va en contra de la modificación de proyecto de infraestructura de evacuación compartida compuesta por la Subestación Eléctrica Trasformadora (SET) Sierra Plana 1 y la línea subterránea de Alta Tensión Sierra Plana 1 Biescas en los términos municipales oscenses de Sabiñánigo y Biescas. Este es uno de los tres proyectos que han presentado las empresas Solar Alto Gállego, Meseta y Sol y Montaña Solar, las tres con el mismo domicilio en la calle Goya 6, planta 2, de Madrid.

De los tres proyectos, los de mayor potencia son los dos primeros de Biescas-Sabiñánigo y Jaca-Sabiñánigo, cada uno de 220 kilovatios, y el tercero en el término municipal de Jaca, de 30 kw.

Javier Cazcarro, uno de los afectados, natural de Orós Alto, apuntó a la «unidad» de todos los propietarios de fincas en rechazar este proyecto porque supondría «destruir» su medio de vida. Cazcarro aseguró que «nadie de la empresa impulsora del proyecto se ha puesto en contacto con los propietarios ni para informarles del proyecto, ni han pedido permiso para hacer mediciones en las propiedades ni mucho menos para hacer una oferta económica», dijo en declaraciones a Europa Press.

«Para más pena nuestra, la elección de esta zona obedece a las buenas condiciones de insolación, que es muy alta, y por tanto el proyecto sería muy rentable para los promotores, además de las buenas comunicaciones, pero a los propietarios de tierras ningún beneficio», indicó, al tiempo que apuntó a la «solidaridad» de los habitantes del valle de Tena con las infraestructuras hidráulicas, como los embalses de Búbal y Lanuza.