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Miedes (Zaragoza) ultima la quinta edición de su belén viviente

Gran parte del pueblo se involucra en la representación, con 130 actores este año

Un momento de la representación del año pasado, con 400 asistentes. | EL PERIÓDICO

Un momento de la representación del año pasado, con 400 asistentes. | EL PERIÓDICO / F. M. H.

ZARAGOZA

Un año más, los vecinos de la localidad zaragozana de Miedes de Aragón se preparan para obrar el milagro de viajar dos milenios al pasado (2.022 años, año arriba, año abajo) y unos 4.500 kilómetros al sureste y trasladarse al Belén donde nació Jesús. Gran parte del municipio de la Comunidad de Calatayud se volcará este sábado, 17 de diciembre, en la recreación de un belén viviente que este año alcanza su quinta edición, y que destaca sobre todo por la implicación vecinal, además de una creciente calidad. Nada menos que 130 actores, vecinos o descendientes del pueblo, participarán en la representación, sin contar a todos los que colaboran con la preparación de vestuario, instalaciones, atrezzo o guionización de las distintas escenas.

En esta ocasión el espectáculo comenzará a las 17.00 horas en el Convento, aunque desde una hora antes quien se acerque a este municipio a orillas del Peregiles ya podrá ir explorando por su cuenta los distintos puestos repartidos por el recorrido, con sus pastorcillos, mondongueras y demás profesiones tradicionales. Se puede aprovechar –incluso llegar antes– para hacer un rápido recorrido turístico por el pueblo y contemplar la torre campanario exenta, la Iglesia de San Pedro Apóstol o el propio convento, además de catar los vinos que dan fama a Miedes.

Pero no conviene distraerse mucho para estar a las cinco en el convento, e ir acompañando a la Sagrada Familia en su discurrir por la calles de Miedes. Contemplarán así las distintas escenas recreadas por los vecinos, que se verán rematadas por una chocolatada, ya tan tradicional como la propia representación, pese a su relativamente corta trayectoria, de cinco años. Con el obligado paréntesis de la pandemia, claro.

En cada edición, la colaboración de los vecinos, el ayuntamiento y las distintas asociaciones del municipio permiten ir mejorando el vestuario, las escenas e incluso la visibilidad por parte del público, que cada año llega en mayor número para disfrutar del espectáculo. El año pasado llegaron a ser 400 asistentes, cifra que la organización confía en poder cuando menos repetir, habida cuenta de que ya no hay restricciones por el coronavirus.

En paralelo a los asistentes también crece el número de actores y colaboradores. Este año, la organización promete nuevas escenas, música en directo y un toque inclusivo que habrá que esperar al sábado para desvelar.

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