Mujeres sofisticadas, mujeres piadosas, mujeres eróticas, mujeres santas, mujeres maternales, mujeres con mujeres. El género femenino, en todas sus variantes, es el protagonista de la muestra Damas , del pintor zaragozano Angel Aransay, que ayer por la tarde se inauguró en el Museo de Zaragoza, y que podrá verse hasta finales de enero.

"Este museo siempre ha sido un referente cultural para mí. Expuse aquí en 1980 con una muestra antológica, y para mí es como volver a casa", explicó Aransay tras la inauguración, a la que asistió gran cantidad de público, entre los que se encontraban el consejero de Cultura, Javier Callizo y el director de Acción Cultural de la DGA, Pedro Lapetra.

Lo cierto es que la muestra de Aransay, que trata con vigor el óleo en todos sus lienzos, hace un repaso a la trayectoria del artista y, principalmente, recoge aquellos cuadros (más de setenta) que tienen como protagonista a la mujer. "Este es el mejor conjunto que he podido hacer con las obras que tenía de este tema, más de cuarenta años de trabajo", señaló el artista.

Desde los años sesenta, en referencia a la fémina, Aransay ha pintado desde temas bíblicos, como la Pietá (1966) o la Santa Ana de Leonardo (1968) a temas más profanos, como el sofisticado rojo carmín del retrato de Marilyn Monroe (1971), el erotismo de la Pareja con torso antiguo (1969), o la ambigüedad sexual que se desprende del lienzo Las dos amigas (1987). El pintor comentó que su afición a los temas bíblicos le viene de familia, "mi familia es muy religiosa, y hace cuarenta años se llevaba utilizar el tema religioso en la pintura. Además, a mí me gusta contar historias, conozco los temas bíblicos bastante y éstos ofrecen mucho contenido narrativo".

En cuanto al estilo, Aransay explicó que no siempre ha seguido una misma línea en su trayectoria: "He tocado muchos palos en la pintura. Empecé con el cubismo, y ahora me he quedado con una figuración expresionista, que lo es a veces de forma más acusada que otras". Sea como fuere el nivel de expresionismo, el visitante podrá siempre observar la belleza de La noche de Molly Bloom (1991), un guiño a la Molly del Ulises de James Joyce, Ulises ; la melancolía de los enormes ojos de La diva (1975); la serenidad de Damas de ópera (1994), sobre dos clásicos: Madame Butterfly y Carmen ; o el género de la muerte, reflejado en las oscuras Las parcas negras .

Aransay, satisfecho por esta inauguración, indicó que ahora recarga pilas para su próxima exposición.