Me siento muy zaragozano", espeta Mauro Galindo casi sin tener que preguntarle por su regreso a una ciudad en la que pasó desde 1989 a 1996, precisamente como director artístico del Ballet de Zaragoza, por lo que el reencuentro tiene un gran componente emotivo. Galindo dice haber seguido de cerca la trayectoria, casi siempre controvertida, de la compañía, "pues siento el Ballet de Zaragoza como algo personal, ya que aunque hubo personas que me precedieron en la dirección, cuando yo llegué el grupo llevaba casi dos años parado, en la sede no estaban ni las paredes de los despachos y hubo que reedificar la compañía sobre un solar ya problematizado desde su origen, de ahí que la considero una obra mía", señala Mauro, que en la actualidad es coordinador del Encuentro Internacional de las Artes de Valencia.

Por este motivo, volver para presentar una coreografía "es una alegría" que quiere disfrutar, aunque sabe de los problemas que estos años ha sufrido el Ballet de Zaragoza, que, en su opinión, "son muy distintos a los que viví en mi época, ya que aquellos eran problemas prácticos, estructurales, de falta de dinero en una compañía frágil que arrancaba". Ahora, sin embargo, considera que estos problemas "son ya de trayectoria, que ha sido desde entonces un poco caótica con cambios de dirección y no saber muy bien que dirección se le quiere dar. No creo que sean, por eso mismo, problemas insalvables, y es cuestión de definir claramente qué se quiere hacer en lo artístico".

Mauro, que recibió de Harold King el encargo de montar una coreografía basada en Carmina Burana , conoce las quejas de falta de apoyo por parte del ayuntamiento que reiteradamente ha manifestado el todavía director artístico de la compañía. En este sentido, Galindo asegura que la situación en sí misma "es una contradicción, ya que uno puede quejarse de falta de apoyo y, sin embargo, realmente la compañía existe porque la sustenta el ayuntamiento, y sin él no existiría. Así, hay que morir al palo y ser consciente de que eres parte de una institución que es la que maneja el dinero público con el que tu funcionas y hay que responder de él, por lo que hay que tratar de saber llevar lo mejor posible una situación que es inevitable, aunque a veces esperarías una reflexión más generosa".

DOLIDO

El que fuera director del Ballet de Zaragoza mantiene que se fue "dolido en el fondo y en la forma en que se produjo mi cese", y aunque asegura que en este reencuentro "me gustaría no dejar llevarme por el sentimentalismo y dedicarme a la función de coreógrafo que es por lo que he venido", no puede dejar de valorar el camino seguido por la compañía en estos años de ausencia y que, a su entender "ha ido a peor, y no es una opinión, sino que es constatable por actuaciones y por el público que ha las ha visto, un 20% menos del que teníamos entonces", dice.

Sin embargo, Mauro Galindo no quiere entrar en polémica y remite al actual director artístico a la hora de encontrar una explicación "ya que yo no conozco la situación interna de la compañía y no sé las carencias que pueden existir", concluye.