LOS AÑOS PERDIDOS

DE SHERLOCK HOLMES

AUTOR Jamyang Norbu

EDITORIAL El Acantilado

PAGINAS 328

Harto del personaje que había creado, Arthur Conan Doyle decidió matar a Sherlock Holmes en 1891; pero fue tal el clamor popular que su autor tuvo que resucitar al detective de Baker Street poco después. Al reencontrarse con su querido Watson, Holmes explicaba su ausencia comentando de pasada que había estado viajando por el lejano Oriente, haciendo escala en la India y el Tíbet.

Seguramente Conan Doyle ignoraba la salud de hierro de su personaje, que ha sobrevivido a su autor en forma de numerosas aventuras apócrifas firmadas por escritores fascinados por el personaje, hasta el punto de crear casi un género literario. A él pertenece el libro de Jamyang Norbu que publica El Acantilado, donde su autor aprovecha el comentario de Holmes acerca de sus viajes asiáticos para urdir su trama.

Pero Norbu aprovecha también su gran conocimiento sobre la cultura tibetana --de hecho, él mismo es tibetano-- para dotar a la novela de una gran credibilidad, sobre todo en lo que a escenarios, costumbres y creencias religiosas se refiere. El autor sabe usar bien de la fórmula del suspense para encadenar los capítulos del libro, pero también aprovecha para denunciar veladamente las actitudes opresoras de los británicos --en la línea de Kipling-- y de los chinos, cuya maldad hace bueno al mismísimo Fu Manchú.

Tal vez algunos episodios místicos y mágicos resulten algo increíbles --el mismo Holmes, paradigma de la lógica, acaba rendido a ellos--, pero la novela se lee con gusto, gracias a la maestría del autor. Ni siquiera se echa en falta el elemental, querido Watson que se hizo famoso sin aparecer nunca en las novelas de Conan Doyle, ya que el adlátere que le busca a Holmes --y que como Watson es el narrador de la novela-- cumple a la perfección su papel de secundario perplejo ante la sagacidad del detective.