La Galería Antonia Puyó, dirigida por Maike Azurmendi (en la foto) apuesta por Santiago Arranz, con su espiritualización de la materia para pasar de un tratamiento volumétrico a lo totalmente plano. Y por el último Nagel que ha traspasado la frontera entre la escultura y la pintura. Por la metafísica de Miquel Navarro, la poética alegre de Alberto Corazón, la andadura existencial de Ferrán y Otero...