LUGAR DE NACIMIENTO BAY CITY (MICHIGAN)

EDAD 44 AÑOS

PELICULAS MAS DESTACADAS ´DICK TRACY´, ´EVITA´, ´ALGO CASI PERFECTO´ ´SHANGHAI SURPRISE´. EL VIERNES PASADO SE ESTRENO EN ESPAÑA ´BARRIDOS POR LA MAREA´, QUE DIRIGE SU MARIDO, GUY RITCHIE

--Esta es la primera película en la que se pone a las órdenes de su marido. ¿Por qué eligió esta historia?

--Porque Guy me lo pidió. Siempre he querido trabajar con él y, además, la película original de Wertmüller es una de mis favoritas. La vi cuando estudiaba en la universidad de Michigan.

--¿Qué le interesó de su papel?

--Me gusta que al principio sea un personaje bastante despreciable y al final acabe por resultar simpático. Lo que empieza siendo una lucha de poder se convierte en una historia de amor. Me atrajo la idea de que ambos no tengan nada en común y al final se den cuenta de que están hechos el uno para el otro.

--En la versión de Lina Wertmüller se concluía que el amor entre dos clases sociales distintas es imposible. En ésta, se evitan las interpretaciones.

--Soy una romántica empedernida y me gusta pensar que los protagonistas podrían acabar juntos.

--O sea, que ese amor es posible.

--Por supuesto. Ambos son personas inteligentes y tienen la misma visión del mundo. Eso une mucho más que el dinero o la clase social.

--Decía que las diferencias sociales no importan. Usted es mayor que su marido. ¿Afecta la diferencia de edad en la relación de pareja?

--Lo que importa es que se compartan los mismos intereses. La atracción física también cuenta, pero debe haber otras cosas.

--Usted es cantante, compositora, actriz, madre y esposa. ¿Qué le falta por hacer?

--Me gustaría inspirar a la gente a hacer el bien. Puede sonar grandilocuente, pero es la verdad.

--¿En qué forma?

--Cada día que pasa soy más consciente del mundo que me rodea, de los problemas que tenemos que afrontar. No me refiero sólo a las guerras y al terrorismo, sino a los problemas ambientales que acabarán por destruir el planeta si no hacemos algo para evitarlo. Me gustaría ofrecer alternativas. Una de ellas es pensar que somos todos iguales, que no importan la raza, el credo o la clase social. Así que no nos queda más remedio que arrimar el hombro por el bien de todos.