El presidente de la Diputación de Zaragoza, Javier Lambán, y el profesor Federico Torralba, firmaron ayer un convenio de cesión de la Colección de cerámica moderna Fortún-Torralba , compuesta por 249 piezas cuyo valor se calcula en 131.000 euros. Al acto asistió también Hipólito Gómez de las Roces, albacea de Federico Torralba.

Las piezas se guardarán en el Taller-Escuela de Cerámica de Muel y podrán mostrarse en diferentes exposiciones. La colección está compuesta por una amplia colección de piezas adquiridas en la segunda mitad del siglo XX, aunque especialmente en el último cuarto de dicho siglo. La mayoría están hechas a torno, pero el rasgo común de todas ellas es la intención de explotar las cualidades plásticas y expresivas antes que su recuerdo utilitario, reducido a menudo a un simple guiño.

GRANDES CERAMISTAS

La procedencia de las piezas es muy variada, aunque el grueso de las piezas puede enmarcarse en cinco grupos, además de una serie de piezas entre las que se encuentran algunos de los grandes artistas del siglo XX, como David Leach o Mary White. En la colección se pueden encontrar cerámicas de imitación oriental, con piezas contemporáneas que imitan o reinterpretan los modos clásicos de producción en Japón o China, sobre todo en sus periodos más esplendorosos.

Otro grupo está compuesto por la cerámica nórdica, que puede apreciarse a través de numerosas piezas de origen danés, pero sobre todo en la producción de la factoría sueca R strand, un alfar tradicional que potencia la cerámica contemporánea. Entre las elegantes y potentes piezas de R strand destacan las de Carl Harry Stalhane y las de Mariane Westmann.

La cerámica de ámbito catalán compone un conjunto de carácter más heterogéneo, en el que se pueden apreciar desde piezas de los pioneros españoles de la cerámica contemporánea, como Aguadé o Elías, hasta la producción de los artistas más actuales, como Joan Carrillo o Ramón Fort.

También hay algunas piezas de ceramistas aragoneses, algunos pioneros, como Teresa Jassa o José Arellano, y otros que contribuyeron en los años ochenta a la difusión de la cerámica contemporánea en Aragón, como Malo, Jiménez o Fanlo, aún en activo. Por último, se encuentra un notable conjunto de piezas de Enrique Mestre, ceramista valenciano que supone una referencia obligada en el último tercio del siglo XX, no sólo para el arte cerámico en España, sino en toda Europa. Se trata de piezas hechas entre 1970 y 1985, muy poco conocidas dentro de la obra de este autor.

La colección también incluye uno de los experimentos de Antonio Fortún en piezas de cerámica, un plato que de algún modo da sentido global a la colección.