Los vientos de guerra son ya un tornado que, alentado desde Washington, no azota sólo los desiertos del Golfo. En Hollywood, el huracán se ha cobrado una de las señas de identidad de los Oscar y la Academia ha anunciado que, en el 75º aniversario de sus premios y por primera vez en su historia, no habrá entrevistas, fotos ni fans en la alfombra roja. Con la certeza de que el mundo va a vivir la primera gran guerra del siglo XXI, el brillo de las bodas de diamante se apaga. La esperanza a la que se aferran los organizadores es que la oscuridad no sea definitiva.

SOBRIEDAD Y SERIEDAD

Han sido los propios nominados e invitados al Kodak Theater quienes han forzado a la Academia a tomar su decisión al mostrar en numerosas llamadas su incomodidad con recorrer el rojo terciopelo como si al otro lado del mundo no estuviera desatándose una tragedia y pidiendo entrar por una puerta trasera y menos visible.

Así lo confirmaron en una rueda de prensa el martes el presidente de la institución, Frank Pierson, y el productor de la gala, Gil Cates, que dijo que la frivolidad habitual sería "inapropiada". "Todos estamos a merced de los vientos de guerra", explicó abatido Pierson.

La entrada de las estrellas directamente y sin paradas por el conocido como paseo de las orquídeas es una señal de las dos características que, según Cates, marcarán este año los Oscar: "sobriedad y seriedad". La cobertura mediática habitual del paseíllo ante 400 fans y 500 cámaras, fotógrafos y reporteros se sustituirá por un segmento "más apropiado para los tiempos que corren" elaborado con imágenes de los 75 años de historia de los premios, incluyendo las tres ocasiones en que han sido pospuestos o las otras ediciones afectadas por otras guerras.

A lo que se resiste Hollywood es a dar por pérdida la posibilidad de mantener la ceremonia en su fecha prevista del domingo. "Si eres una persona a la que le gusta apostar, apuesta por que el espectáculo se celebrará el domingo", dijo Cates, el mismo hombre que insistió en recordar a los presentadores que saltarse el guión sería "incorrecto e inapropiado". Lo que no dice Cates es que, incluso en la apuesta que parece más segura, se puede perder.

LAS PROTESTAS

Sin ofrecer mayores detalles sobre la organización de esta nueva entrada a la sede de la ceremonia, Cates indicó que la decisión de la Academia responde a las preocupaciones expresadas por algunos de los candidatos e invitados a la velada.

Muchos de ellos, como Nicole Kidman, Daniel Day-Lewis, Catherine Zeta-Jones o Ed Harris, entre otros, dejaron oír sus opiniones sobre el tema durante el pasado almuerzo de los candidatos. "Lo más importante es que encontremos la forma más sutil de proceder", confesó Day-Lewis. "Sería obsceno ir con todo el glamour habitual".