La colección Andanzas de Tusquets Editores, que ha llegado a su número 500 con La mirada inocente de Georges Simenon, es de etiqueta negra. Por contenido y por continente. De lo primero son responsables sus editores, Beatriz de Moura y Antonio López Lamadrid, que en 1980 decidieron apostar por la literatura de alta calidad. "Toni me dijo que si seguíamos haciendo libros baratos, Tusquets no podría seguir adelante ya que necesitábamos una colección cuidada", recuerda entre risas De Moura, fundadora de la editorial; de lo segundo, los diseñadores Jean-Pierre Guillemot y Elvira Navales, que apostaron por un emblemático lomo negro y unas ilustraciones gigantes en portada, apuesta imitada hasta la saciedad. "Había autores que valoraban la marginalidad y la innovación de Tusquets, pero luego daban sus novelas a otras editoriales", argumenta Lamadrid. Para cambiar esa tendencia nació Andanzas .

Negocios arriesgados. López Lamadrid sostiene que "los negocios no funcionan si no arriesgas", y por eso Tusquets se la jugó con autores que no dieron beneficios pero sí prestigio. Entre los 10 primeros títulos de Andanzas están Sangre inocente , de P.D. James, Jardín de cemento , la primera novela de Ian McEwan, y El conservador, de Nadine Gordimer. Pero el primero de todos fue El valle del Issa , de Czeslaw Milosz, premio Nobel de Literatura en 1980, cuya contratación llegó por un chivatazo. En la Feria de Fráncfort de ese año, Bromberg, su editor sueco, dijo a los editores de Tusquets que ganaría el Nobel un mes después. "No le creímos", recuerda De Moura, pero aun así decidieron arriesgarse. "Lo ganó y lo lanzamos en 1981 con una tirada importante", reconoce Lamadrid.

¿Videntes? Estando De Moura y López Lamadrid en París, y mientras planeaba la posibilidad del cierre de la colección, el editor Jér´me Lindon, de Minuit, les habló de una nueva novela de Marguerite Duras, El amante . "Nos dijo que se vendería como rosquillas y que si la queríamos deberíamos pujar fuerte", afirma la editora, aunque al final no fue para tanto: "Pagamos unas 600.000 pesetas, que era dinero, pero tampoco una exageración. Lo que pasa es que éramos un poco agarrados". El éxito del número 15 de Andanzas fue apabullante (210.000 ejemplares vendidos), y unos meses después llegó otro, el del número 25, La insoportable levedad del ser , de Milan Kundera, autor que no había triunfado en Seix Barral. "A Kundera lo contratamos en París junto con John Irving --detalla Lamadrid--, aunque nuestras previsiones no se cumplieron". Esta vez las dotes visionarias fallaron, ya que contrataron y publicaron a la vez El mundo según Garp, El Hotel New Hampshire y Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra pensando que se iban a forrar (para conseguir a este autor, Lamadrid llegó a regalar una pelota de golf firmada por Severiano Ballesteros al agente de Irving, un loco de este deporte) y sin embargo fue Kundera quien arrasó (256.000 libros).

Best-sellers españoles. Esta colección ha demostrado que los escritores españoles también venden. Aunque habían publicado a escritores como Cristina Fernández Cubas y Jorge Semprún, el primer bombazo español se produjo en 1989 con Juegos de la edad tardía , de Luis Landero (129.000 ejemplares), al que le seguiría Almudena Grandes, primero con Te llamaré Viernes y luego con Malena es un nombre de tango , novela de la que ya ha vendido 184.000 libros. En esta nómina se incluye el best-seller de la colección, los Soldados de Salamina de Javier Cercas, que ya lleva vendidos 352.000 ejemplares.

Fidelidad. Salvo excepciones, muchos autores siguen fieles a la editorial. "Me supo mal perder a Cristina Fernández Cubas --admite Lamadrid-- y me dolió que Luis Sepúlveda nos dejara, sobre todo por cómo se produjo". "Supongo --ironiza-- que quiso hacer un grupo con amigos suyos y publicar todos en una misma editorial, pero a muchos de ellos no los veíamos en Tusquets". No obstante, el chileno sigue siendo una de las estrellas de Andanzas tras vender 335.000 ejemplares de Un viejo que leía novelas de amor . Mejor ha ido con John Irving, a quien ha costado 15 años situar entre los más vendidos (Una mujer difícil ya supera los 100.000). "Irving es un tipo fuera de lo común --afirma De Moura--. Recuerdo las cartas que le enviábamos avergonzados porque no conseguíamos las ventas que tenía en el resto de Europa, y él contestaba que ya ganaba mucho dinero en EEUU, que lo que quería eran buenas traducciones y estar bien editado". Para De Moura, "el mérito de tal fidelidad es de los autores", y pone como ejemplo a Grandes: "Le ofrecen cheques en blanco, pero sigue con nosotros, supongo que porque la cuidamos, le liquidamos los derechos que le corresponden de verdad".