La chispa genial del inventor y la de los humoristas gráficos se han unido en la muestra Grandes inventos de la Humanidad . Todo un ejercicio de ingenio con el que autores de la talla de Forges, Mingote, Gordillo, Gallego y Rey, Fer, Romeu o el aragonés Antonio Postigo, entre otros muchos, hacen un recorrido por los avances que han marcado el devenir del mundo, y que puede verse desde ayer hasta el 31 de julio en la sala Ambito Cultural de El Corte Inglés de Zaragoza.

La exposición forma parte del programa de humor gráfico que, desde hace nueve años, organiza la Fundación General de la Universidad de Alcalá, y que ha visitado Zaragoza en las cuatro últimas ediciones. La peculiaridad de la actual radica "en que, por primera vez, se pidió a los autores que se centrasen en una época concreta, ya que en otras ocasiones sólo se les proponía la temática. Así, están representadas todas las etapas de la historia", comenta José Lorenzo, coordinador de la muestra.

PANORAMICA AMPLIA

Y es que desde la prehistoria al siglo XIX, pasando por el mundo romano, la Edad Media, o el fructífero siglo XX, la inventiva de los descubridores y de los humoristas da para mucho. Así, el fuego, la rueda, la bombilla, el tenedor, la televisión, el globo, el ordenador, el avión, el zapato, el mando a distancia, la aspirina y otros tantos objetos hoy cotidianos son reinventados por las principales firmas del humor gráfico español y también latinoamericano, "ya que queremos ofrecer una panorámica amplia de cómo se ven y se entienden las cosas en los distintos sitios", apunta Lorenzo. De esta forma están representadas firmas del otro lado del Atlántico como Zapata, Trizas, Calarcá, Jerez o Banegas.

De hecho, la exposición, antes de llegar a Zaragoza, ha pasado también por la capital colombiana, Bogotá, y por la ciudad brasileña de Recife, además de las españolas Cáceres, Badajoz, Mérida, Plasencia, Barcelona, Santander, Gijón, Avilés y la Universidad de Alcalá de Henares, donde inició la itinerancia.

Algunos de los humoristas participantes, como Antonio Postigo, autor de la tira cómica diaria de EL PERIODICO DE ARAGON, más que en el invento, "me he fijado en la figura del inventor y he querido reflejar su vanidad", explica.

Para ello, la época representada es el siglo XIX, aunque aquí la sonrisa fluye gracias a un notorio salto en el tiempo hasta nuestros días "ya que estoy acostumbrado a reflejar la actualidad, y hoy está de moda conseguir el éxito fácil más allá de la importancia de lo que hagas", dice Postigo. Así, su personaje lanza una queja al aire: "lo malo de inventar algo genial en el siglo XIX es que no te hacen una entrevista en la tele ni nada".

Una vez vistas las 54 obras que componen la muestra de Zaragoza --seleccionadas por motivos de espacio entre las 150 que formaban la exposición original--, queda claro que existe una serie de artilugios preferidos por los dibujantes, como la televisión, el teléfono móvil, los ordenadores y las armas --"Ahora ya hemos inventado todo lo que puede destruir la naturaleza", dice uno de los chistes--. Aunque, según explica el humorista zaragozano, en general, "los inventos siempre han sido un tema clásico para los dibujantes, como lo han sido también los chistes de náufragos".

Postigo, que presentó la exposición junto a José Lorenzo, es el único aragonés participante en esta ocasión. Su relación con la Fundación General de la Universidad de Alcalá de Henares se fraguó hace ya ocho años, y dice estar "encantado" por poder compartir una exposición con nombres como Forges, Quino o Mingote, "que siempre los he tenido como maestros".

Y es que en el mundo de los inventos, sin duda el mejor de todos es, precisamente, el humor. "Es verdad que tenemos algo de inventores, aunque no tan importantes como los que nos han inspirado. Eso sí, hay días que si se nos observa cuando hacemos las tiras puede parecer que estemos inventando el teléfono, aunque luego salgan cosas divertidas pues lo que tratamos es hacer reír y también hacer pensar al lector", señala Postigo. Por lo tanto, un invento completo y realmente necesario para la humanidad del que disfrutamos más que de ningún otro.