El torero zaragozano Jesús Millán no tuvo suerte en su comparecencia en el la feria de la Naranja de Valencia (Venezuela) en la que intervino el pasado sábado, pues la corrida se desarrolló mientras caía un gran aguacero, que convirtió el ruedo en un lodazal y en el que solo destacaron por su buen juego los toros corridos en 3º, 4º y 6º lugar, todos ellos de la ganadería de la Cruz de Hierro, que no le correspondieron al espada aragonés cuyo balance fue de palmas y saludos.

Millán en su primero estuvo dispuesto y entregado en una faena de mérito realizada bajo una fuerte lluvia lo que aumentó el riesgo del aragonés, debutante en Venezuela, que perdió los trofeos al utilizar dos veces la espada. Con su segundo, de corta embestida, se la jugó y lo mató por arriba con decoro. En sus dos toros fue igualmente ovacionado.

Completaban el cartel, El Cid, que cortó, con el mejor lote, una oreja en cada uno de sus enemigos, (aunque pinchó al matar a su segundo), el rejoneador Luis Augusto, que fue pitado y el matador local Bernardo Valencia (dos medias estocadas, con pitos y pinchazo y dos medias estocadas que le llevó a dar la vuelta al ruedo tras un aviso).

Ante poco más de un cuarto de entrada, se lidiaron siete toros nacionales de la divisa la Cruz de Hierro, bravos y nobles, salvo el descastado primero y el sexto, complicado y embistiendo con la cara alta.

En el primer toro comenzó a llover, dejando la arena en pésimas condiciones para la lidia, lo que generó lances casi trágicos cuando resbalaron y fueron revolcados sin consecuencias Bernardo Valencia y el banderillero José Luis Navarro.

Abrió plaza el caballero Luis Augusto, que porfiando clavó rejón de castigo y banderillas a una mano. Se la jugó al ejecutar la suerte de la rosa a un toro tardo en las embestidas, al que mató de dos rejones desde la silla y descabello pie a tierra.