Nadie se atreve a poner peros al talento de Nicole Kidman. Es instintiva en sus decisiones y más lista que el hambre. Y el 2003 ha sido su año. Por Las horas ganó el Oso de Plata en Berlín y el Oscar de Hollywood. Ahora se acaba de estrenar Dogville , una película experimental de Lars Von Trier en la que hace el mejor trabajo de su vida.

-- Su personaje en Dogville, Grace, parece llamarse así en alusión a la gracia divina.

-- Sí, porque trata desesperadamente de ser una persona buena y justa, y para ello entra en conflicto consigo misma, y se plantea quién es y de dónde viene. Me fascina su capacidad para perdonar los más atroces pecados y su fe ciega en la bondad de la gente. En realidad, los habitantes de Dogville reflejan las distintas facetas de la personalidad de Grace.

-- ¿Está de acuerdo en que, como asegura la película, esa confianza en la bondad intrínseca del ser humano tiene mucho de arrogante?

-- Entiendo que la gente virtuosa es, en cierto sentido, muy agresiva. Una persona dispuesta a perdonarlo todo se sitúa en un plano moral elevado, y eso puede resultar muy humillante para los demás. Creo que la visión de Lars Von Trier acerca de la ambigüedad de la condición humana es de una veracidad terrorífica. La virtud puede ser muy egoísta. En realidad, la bondad completa no existe: cuando a cambio de ella sólo se recibe avaricia, envidia y hostilidad, el bondadoso puede convertirse en un animal sediento de venganza. Dogville es un filme muy provocativo. Habrá quien se sienta trastornado al verlo, y también quien se enfurezca. Y así es como debe ser, porque eso es lo que Von Trier persigue.

-- Grace es física y psicológicamente torturada. Durante buena parte de la película, permanece con una argolla al cuello sujeta a una cadena, como un perro. No debió ser un rodaje sencillo.

-- Fue una experiencia muy perturbadora. No sólo me dejó emocionalmente devastada, también me hizo preguntarme muchas cosas, como ¿qué sentido tiene mi trabajo? o ¿por qué demonios permito que me sometan a esto? Pero, al mismo tiempo, entendí que accedí a meterme en la piel de Grace porque creo firmemente en Lars Von Trier. Es necesario apoyar a los directores que poseen un discurso potente y Dogville es un filme políticamente muy controvertido, y eso es algo de lo que no hay que avergonzarse. Creo que es necesario fomentar el debate, y que cuando un actor adquiere cierto poder debe asumir responsabilidades. Si puedo conseguir que un proyecto vea la luz por el mero hecho de participar, debo hacerlo. Películas como Dogville deben existir.

-- ¿Por qué?-- Porque aunque salirse de las fórmulas es artísticamente peligroso y difícil desde un punto de vista financiero, también es necesario. Es muy importante que nuestros hijos tengan la oportunidad de acceder a historias como ésta, en las que no todo son tiroteos y explosiones, y en las que el héroe gana y la vida es maravillosa. Me duele que la mayor parte del cine actual sea tan falso y tan aburrido.-- Con todo, ¿no es cierto que dudó en aceptar el papel? -- No exactamente. Lars me dijo que Dogville no podía hacerse si yo no la protagonizaba, porque él había escrito a Grace pensando en mí. Para mí eso fue muy halagador, pero atravesaba un momento difícil en mi vida. Estaba físicamente agotada y mi matrimonio se iba a pique. Como madre, necesitaba tiempo para cuidar a mis hijos. No me sentía con fuerzas para enfrentarme a la película. Le dije que iba a hacerla, pero que no sabía cuándo sería capaz. Y él me esperó.

-- Con todo, ¿no es cierto que dudó en aceptar el papel?

Dogville

-- Se dice que trabajar con Lars Von Trier es un tormento. ¿Lo fue?-- Sí. Lars es un manipulador y un déspota, pero, al menos conmigo, también fue muy dulce. Esta es su estrategia: primero te seduce y después te tortura. Es un hombre cargado de unas neurosis que le proporcionan esta visión única del mundo, artísticamente tan saludable. Y al final, esto es lo único que realmente importa. Por eso, no entiendo el criterio de algunos actores que rechazan papeles sólo porque exigen pasión y compromiso.

-- Hablando de criterios, ¿cuáles son los que rigen su carrera?-- No veo mi trabajo como una carrera. Creo que es una palabra poco apropiada, porque en cierto modo significa negocio y yo siempre pienso en términos artísticos. Siempre. Sólo quiero interpretar personajes por los que sea capaz de sentir cierta empatía sentimental. Algunas de las mujeres que he interpretado se comportan de forma verdaderamente incomprensible, y es todo un reto intentar comprender qué resortes emocionales las conducen a ello. He hablado con mucha gente acerca del comportamiento de mi personaje en

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