La sombra de las alas desplegadas del águila estadounidense es tan alargada que cubre casi todo el planeta. Poco importa que lo gobiernen integristas religiosos y sus mesiánicos brazos ejecutores, capaces éstos de dar vida en nombre de su perfecta patria. Lo que podríamos llamar paradoja democrática se da porque parece que la realidad demuestra que esos celosos cruzados de su causa sólo pueden defenderla con métodos genuinamente fascistas (terrorismo de Estado, censura...), es decir, todo lo contrario de lo que intentan preservar.

La novela de Nacho Faerna (Madrid, 1967) Bendita democracia americana (Ediciones B) se nutre de sucesos políticos y económicos de la España, y el mundo en general, de hoy, para dar su visión de la influencia de esa democracia americana que nos gobierna invisiblemente. Aunque pueda parecer lo contrario, dada la trascendencia de los asuntos tratados, Faerna ha evitado el tono de sermón porque lo que interesaba era contar un relato que, con el molde de novela negra (como hizo en Quieto , su obra anterior), tuviera como objetivo "rellenar las lagunas que aparecen entre los hechos probados". Así, el autor se ha esforzado, y ha salido con bien del empeño, en construir un relato coral con una trama urdida con la habilidad sobre la peripecia de unos personajes creíbles, aunque algo esquemáticos: ha atacado eso siempre tan difícil que es novelar el presente.

La esencia corruptora del ejercicio del poder, la inocencia imposible de todo el que se mete en política y el poder que da el dominio de la información son algunos de los temas relacionados con el asunto central que aborda la novela, que el lector sigue con interés porque se sirven bien vestidos con un humor zumbón, paródico y caricaturesco que recuerda, por traer un referente cercano, al de Juan Blas, un sentido del ritmo muy cinematográfico y unos diálogos de altura.

Pero lo que otorga a esta historia su dignidad última como novela residen en la autoconsciencia del autor al reconocer los límites de su obra, en que deja bien claro lo modesto de sus propósitos, y en la denuncia sin fisuras de esos hombres de negro que chapuzan en las cloacas de todas las democracias occidentales.