La única película estadounidense en competición, Silver City , está firmada por John Sayles, uno de los impulsores del cine independiente norteamericano, un cineasta que mira con ojo crítico los usos y costumbres del stablishment de su país. Sayles (Hombres armados, Lone Star, Passion fish, El secreto de la isla de las focas, Casa de los Babys ) combina en esta cinta la sátira política y el relato detectivesco.

La acción se sitúa en el corazón del Oeste contemporáneo, durante la campaña política para elegir al nuevo gobernador de Colorado. Sayles centra su atención en el candidato más reaccionario, un hombre con una mente desordenada que tiene problemas para expresarse. El cerebro es el jefe de la campaña electoral (un excelente Richard Dreyfuss).

Cuando están filmando un espot publicitario sobre el medio ambiente, el candidato lanza su discurso mientras pesca. Entonces se produce una sorpresa, que da paso a la segunda parte de la historia: un periodista reconvertido en detective (Danny Huston) debe investigar un homicidio. Huston, hijo de John Huston y a quien se pudo ver en la Mostra de Venecia al lado de Nicole Kidman en Birth , da la perfecta imagen de un tipo pusilánime y honesto que va ganando enteros a medida que aumentan las dificultades. Otro de los temas en los que incide la película es la inmigración ilegal y la actividad solapadamente delictiva de las empresas que la acogen.

SIN LA ACIDEZ DE MOORE

Silver City es una cinta entretenida, con momentos muy conseguidos, aunque se echa de menos que Sayles no le diera más cancha a la parte estrictamente política y menos peso a la historia de detectives. El dibujo de los principales personajes es acertado y estimulante y, pese a que en determinados casos se corre el riesgo de caer en el estereotipo y la exageración, sale airoso del intento. La película resulta muy apropiada en estos momentos preelectorales en EEUU y, aunque no habla tan directo como Michael Moore, no sentará muy bien a los partidarios de Bush.

"Aparte de las evidentes referencias que apuntan a Bush hay un paralelismo entre lo que dice el filme y lo que está ocurriendo ahora en Estados Unidos", dijo ayer Sayles. Añadió, muy combativo, que el problema no reside sólo en la estupidez del protagonista sino en la gente inteligente capaz de hacer daño y poner en peligro la democracia en su país.

Para Sayles, uno de los culpables es la prensa, que a él le produce una sensación de profundo "desaliento". En este sentido indicó que toda la información que aparecía en el polémico documental Fahrenheit 9/11 , de Michael Moore, "estaba ahí, debía haber salido" y los medios informativos la silenciaron.

Por otra parte, el estadounidense Jeff Bridges llegó ayer a San Sebastián, donde hoy recibirá el Premio Donostia, el tercero del festival tras Woody Allen y Annette Bening.