Al pie del gran oso grabado con trazo profundo en la cueva de la Fuente del Trucho, en Colungo, (uno de los grandes santuarios de pintura rupestre, anterior a los bisontes de Altamira y única comprobada del Paleolítico que hay en Aragón), un equipo de arqueólogos dirigido por la catedrática zaragozana Pilar Utrilla ha hallado este verano tres cubetas circulares en el suelo pertenecientes a un hogar del Paleolítico Superior (entre 30.000 y 12.000 años antes de Cristo).

En el mismo lugar en el que el director del Museo de Huesca, Vicente Baldellou, investigara hace 22 años las pinturas rupestres: cinco caballos, un cáprido, manos humanas y signos en forma de trébol, además de grabados como el oso, un equipo de diez personas ha excavado ahora en tierra el lugar de habitación de aquellos cazadores paleolíticos de cabras y ciervos que utilizaban pequeñas lanzas o dardos arrojadizos como la azagalla de hueso hallada este año y enviada a Holanda para su datación con el Carbono 14.

La propia Pilar Utrilla había iniciado en 1980 la excavación de esta cueva situada en una terraza del río Vero en el barranco de Villacantal, con agua al lado, orientación sureste, luz natural, que había sido habitada por neanderthales (en el musteriense, entre 100.000 y 35.000 años) antes de que los cromañones (nuestra especie) plasmaran figuras en la roca. La arqueóloga había encontrado con anterioridad una de las tres cubetas, en la búsqueda de un hogar para fuego, con su plancha de piedra sobre cantos rodados.

Dirigiendo el grupo de una investigación que se titula Primeros pobladores del Valle del Ebro y de un proyecto que paga Madrid y se titula Santuarios rupestres frente a lugares de habitación , Pilar Utrilla, con Vicente Baldellou y Lourdes Montes, vieron llegado el turno este año a la Fuente del Trucho y a otro de Cabra de Mora, en Teruel. Tratan de descubrir quiénes son los que pintaron, cómo y dónde vivían a lo largo de todo el Paleolítico Superior.

"En la excavación de este verano hemos encontrado material que podría adscribirse al Auriñaciense (en torno al 30.000 antes de Cristo), otros al Solutrense (en torno al 19.000) y quizá también al Magdaleniense. El problema que hay es que el yacimiento está revuelto". Utrilla explica que los ganados han removido el terreno, los agricultores han extraído tierra para llevarla a sus campos, e incluso se han montado estructuras para coger agua y para residir, probablemente, pastores, que han afectado a las cubetas.

Se han hallado fósiles del Paleolítico Superior fuera de su sitio, y elementos del siglo pasado como restos de cerámica de Naval o una tinaja para recoger agua. "Hay que ver, al hacer las dataciones, qué hay que asignar a quién", señala la directora. El hallazgo más notable ha sido el de las dos cubetas, al lado de la que la propia Pilar Utrilla encontró en 1980 al pie de los grabados exteriores, "al pie del oso".

La Unidad de Helicópteros de la Guardia Civil de Huesca transportó el material pesado, como el grupo electrógeno, entre otros elementos. Los arqueólogos se han centrado en los elementos pertenecientes al Paleolítico Superior, pero no las pinturas rupestres, que estudia Baldellou, ni a los niveles musterienses (entre el 100.000 y el 35.000 a. C., el periodo del hombre de Neanderthal) que estudia Ana Mir, una profesora de Tarragona.