El dolor de la guerra sitúa al lector en el bando de los que esquivaron las balas estadounidenses, en el lado de la trinchera en que se arrojaron las toneladas de bombas de napalm, el bando del horror hiperbólico, el que perdió más de tres millones de ciudadanos. Posiblemente, El dolor de la guerra (Ediciones B) es el testimonio que faltaba de la icónica guerra de Vietnam. Bao Ninh, el autor, novela su experiencia de más de 10 años en el frente desde el ojo y la conciencia norvietnamitas después de tantos y tantos relatos, literarios y fílmicos, desde el prisma de la superpotencia.

Bao Ninh ha trazado un libro autobiográfico, mal que lo disimule, que llega a las estanterías españolas cuando se cumplen 30 años de la caída de Saigón. Pero como remarcó ayer Ninh, y todos los que le precedieron en el acto de presentación de la obra, no es específicamente una novela bélica. El dolor de la guerra es ante todo una contemplación de la naturaleza humana, una reflexión sobre la destrucción moral de la sociedad, sobre las referencias al amor y la amistad incluso cuando los valores parecen haber desaparecido y la supervivencia está en juego, un retrato del dolor y de la pérdida en el sentido más amplio.

"Además de un testigo importante --comentó el escritor Eduardo Mendoza, presente en el acto-- Bao Ninh es un gran escritor. Este es un libro de una eficacia enorme y aunque la guerra de Vietnam no existiera, aunque fuera una guerra inventada, El dolor de la guerra sería igualmente un libro de un enorme interés". En la presentación, en la Casa Asia, intervinieron también Antonio Franco, director de EL PERIODICO; Manuel Piñeiro, exembajador español en misión especial en Vietnam, y Víctor Ugarte, director de programación de la Casa Asia.

Bao Ninh, nacido en Hanoi en 1952, ha conseguido con esta novela lo que muy pocos escritores de su pequeño país han podido hacer, que es vender muchísimos ejemplares y haber sido traducido a un gran número de idiomas. "Soy el primer vietnamita que viene a España a presentar un libro, pero espero abrir el camino para que otros sean también traducidos".

El autor, después de escuchar que su país se ha atrevido a enfrentarse bélicamente a tres países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Francia y China), se puso en funciones de embajador al subrayar que escribió el libro para que los lectores entendieran a su pueblo. "Los vietnamitas no somos un país de guerreros, ni somos antiextranjeros. En realidad --agregó-- a veces ni yo mismo sé por qué lo hice. Supongo que se me vinieron los recuerdos y me puse a escribir".

Eso sí, indicó que la filmografía estadounidense ha hecho un pobre trabajo por ponerse en la piel del enemigo. "Por lo que muestran las películas, se puede decir que hicieron la guerra a los vietnamitas, pero nunca nos entendieron".