El género chico busca una renovación que lo acerque al público actual. Y parece que, de la mano de La Gran Vía, lo ha conseguido. La zarzuela de Federico Chueca y Joaquín Valverde llega renovada de la mano de Helena Pimenta y todo un elenco de estrellas, y avalada además por el éxito en las pasadas fiestas de San Isidro en Madrid. Fue la primera de las dos únicas representaciones para las que este montaje fue concebido; y la segunda será hoy, en la plaza de toros de la Misericordia, a las 21.00 horas.

Las figuras del equipo presentaron el espectáculo ayer, en el ayuntamiento. Son la representación de un equipo extenso, de más de 100 personas, que posibilitan la función. Allí estuvieron Carmen París, Javier Gurruchaga, Rafael Amargo, Pasión Vega, Enrique Heredia El negri y Raúl Paz, entre otros. Y los comentarios generales fueron la "diversión, tanto entre actores como entre el público" y "la gran experiencia probar otras facetas de la actuación". La teniente de alcalde de cultura, Rosa Borraz, ejerció de anfitriona.

Borraz destacó el inmediato interés de Zaragoza en el proyecto, en cuanto lo propuso el productor, José Luis Ruipérez. "Nos pareció una gran idea renovar la zarzuela --explicó la concejala-- , y nos acabaron de convencer la dirección de Helena Pimenta y la elección del elenco". De ahí que se haya programado ahora, como antesala de las fiestas del Pilar, "para que no tenga que competir con tantos actos", y el público pueda disfrutar de ella "sin que el precio sea una excusa", ya que las entradas cuestan 15 euros, y están disponibles en cajeros CAI.

RENOVACIÓN

Todo este esfuerzo para atraer público parece formar parte de una campaña a nivel más amplio para revitalizar el patrimonio español "frente a los musicales extranjeros que tienen tanto éxito últimamente", idea que con sutiles variaciones fue reivindicada por varios miembros del reparto. Una adecuada promoción de la zarzuela, "género injustamente denostado" a decir también de varios artistas del elenco, podría solucionar el problema.

Y una buena fórmula para cambiar la imagen negativa es la originalidad de esta Gran Vía, uno de cuyos puntos fuertes es, según su directora, "ver a distintos tipos de actores alternando distintas facetas: actores cantando, bailarines actuando...". La puesta en escena actual ha mantenido elementos del montaje antiguo, sobre todo en cuanto a vestuario, para no descolocar totalmente al espectador.

Con esto se consigue, además de "gastar el dinero del productor" (como dijo Gurruchaga en uno de los cien chistes de su intervención), "revivir este género crítico" que ha desaparecido del panorama cultural de las nuevas generaciones. Y para demostrar su actualidad no está mal escogida esta obra, que trata de una ciudad, en este caso Madrid, en ebullición contra la autoridad a causa de unos derribos necesarios para la construcción de una gran vía. Un tema, este de las obras, que como apuntó Rosa Borraz "no nos es desconocido ni en Madrid ni en Zaragoza".