Marte con agua le trajo a Ignacio Guelbenzu la idea de ´los desiertos que siempre guardan oasis secretos donde afloran ríos subterráneos, tumultuosas torrenteras de origen indeterminado... y lechos marinos que afloran a la superficie descarnada, con su compleja biodiversidad fósil-fantasmal´, como ha escrito el propio pintor en el texto que acompaña a la exposición. Él mismo se ve ´como un pintor oriental que manipula el papel de arroz encima de una olla hirviendo o al vapor de la niebla, el rocío de la mañana´, del que surgieran dragones