--Dos hermanas huérfanas y desheredadas se enamoran del mismo hombre en la Venezuela de los años 50. Una es bella, la otra fea. Como telón de fondo, la construcción de un prodigio arquitectónico junto al Caribe. ¿Su novela es un culebrón?--Es un alto melodrama. La vida es un melodrama. Es algo de lo que me di cuenta cuando escribía guiones de telenovelas en Venezuela. Mis amigos me preguntaban entonces que cómo podía escribir aquellas cosas y lo cierto es que yo me inspiraba en sus propias vidas. La existencia está cargada de emociones, de tragedias y arrebatos. Pero si prefieren llamarla culebrón, no me asusta.--¿Ha recurrido a las técnicas de La dama de rosa

--¿Ha recurrido a las técnicas de ?--He disfrutado recordando el ritmo que me imponía mi jefe Jose Ignacio Cabrujas. Debía haber una lágrima al final de cada episodio. Y trabajar los diálogos, que es a lo que me dedicaba en las telenovelas. Mi obsesión es que suenen reales.

--Remarca la importancia del contexto histórico en el que transcurre la historia.--Como autor latinoamericano, necesito explicar un momento de la historia de mi país. Cuando Venezuela fue como el Dorado, un lugar al que ibas y conquistabas una fortuna. De esa época procede la mayor aportación cultural de mi país al mundo: el nuevo riquismo. Las protagonistas de la novela entran en una situación de pobreza y el azar las lleva a un entorno rico. Ellas pasan a formar parte de esa alta sociedad sin pasado.

nuevo riquismo.

--Una de sus primeras declaraciones tras saberse finalista del Planeta es que fue infeliz de niño porque quería ser Farrah Fawcett-Majors.--Fue horrible porque veía lo difícil que me resultaría parecerme a ella. Sin embargo, acabé cambiándome de país y siendo como ella sin necesidad de teñirme el pelo.

--¿Le da miedo acabar encadenado a esa imagen de frivolidad? ¿A qué no le tomen en serio como escritor?--La metáfora de Farrah Fawcett me sirvió de catarsis en una noche como la del Planeta. Pero me pueden tomar en serio como el gran frívolo. La frivolidad siempre ha sido un colirio que me ha limpiado el ojo de toda suciedad y me ha permitido seguir observando la realidad.

--¿Y qué le permite la televisión?--La televisión es un buen lugar para observar. El lunes, por ejemplo, cuando entré en la cena del Planeta y tuve que posar en el photocall. Es algo que he aprendido a hacer después de haber visto de cerca a Paris Hilton. Más que los 15 minutos de fama que reivindicaba Warhol, todo el mundo debería tener un programa de televisión.

photocall.

--¿No hay nada de esa frivolidad en su novela?--Aunque me manejo con soltura en el humor, cuando escribo me arrojo a otros abismos. Pero en Villa Diamante hay personajes muy fascinantes. Una cronista social, el dueño de un bar que es como una guarida. Y, por supuesto, la villana.

Villa Diamante

--También hay un triángulo amoroso.--La forma máxima del amor es estar en medio, entre dos deseos, entre dos amores.