Las 13 rosas fueron 13 jóvenes fusiladas, 13 muchachas inocentes que recién entrado Franco en Madrid deciden ponerse una tela para identificarse con un partido político. Emilio Martínez Lázaro --que ayer participó en La buena estrella junto al guionista Ignacio Martínez de Pisón y al actor Fran Perea-- ha dirigido la película sobre estas casi niñas de las que supo a través del productor Pedro Costa y del libro de Carlos Fonseca. Conocidas como Las menores, fueron muy populares en la cárcel porque animaban al resto de las reclusas. A partir de ahí, "leí cartas escritas antes de ser fusiladas y con Ignacio miramos desde donde se podía contar". Al final, se decidió tratar la historia "directamente, a través de unos personajes sin analizar el momento político". Por eso, asegura que "como historia puede ser pobre y tampoco es una reivindicación, solo ficción. No es un libro de historia sino una película". Sin embargo, los personajes, la mayor parte de los diálogos sí son reales porque el escritor aragonés y guionista, habló con las supervivientes, aunque también hay hechos de ficción o "un personaje de vividor, que es el mayor invento".

Esas supervivientes, como el caso Carmen han visto la película. "Me dijo que estaba muy emocionada, que le había gustado mucho y que se ajustaba a lo que se vivió", explicó Martínez Lázaro. Lo mismo que el hijo de otra rosa, Blanca Brisac, "quien aseguró que viendo a Pilar (López de Ayala, a la que interpreta) había visto a su madre".

Frente a las protagonistas está el papel de la carcelera, Carmen Castro (hermana del guionista oscense Julio Alejandro), que "sale muy mal parada en todos los sitios". Sin embargo, Martínez de Pisón investigó a esta oscense perteneciente a una familia republicana y a través de su hermana "perfilamos el personaje", hasta descubrir que se emocionó con la ejecución y es que para el guionista "era una carcelera pero no una asesina". Esta no es la única presencia aragonesa, ya que una de las 13 rosas, Pilar Bueno, era de Sos del Rey Católico, "aunque no hemos podido saber nada más". O Mercedes Gallizo, directora de Instituciones Penitenciarias, que hizo que pudieran rodar en la cárcel de Segovia. Junto a tanta mujer, Fran Perea es Teo, un personaje inventado "mezcla de varios de aquellos que crearon células socialistas en Madrid".