Con La marquesa de Santa Cruz, de Francisco de Goya, se inicia el recorrido de la exposición El siglo XIX en el Prado, con la que sale a la luz uno de los tesoros escondidos del museo y se pone en marcha la ampliación más importante de su historia.

Patrocinada por BBVA, la muestra con la que el museo "recupera una historia de identidad perdida", según el director del Prado, Miguel Zugaza, supone el redescubrimiento de la colección de pintura moderna, uno de los fondos más numerosos del museo y "la colección de pintura moderna española más importante del mundo".

A pesar de su importancia, esta pintura ha sido hasta ahora la gran desconocida y no se expone desde 1997. Durante este tiempo, se ha revisado y restaurado una colección "sin la que no se puede escribir la historia del arte", según Zugaza, quien dijo que "el nuevo Prado se inaugura con el propio Prado".

Esta estrada de la pintura del XIX se realiza con tres décadas de retraso respecto a otros museos del mundo, en opinión del jefe de conservación del siglo XIX y comisario de la exposición, José Luis Díez.

La muestra va a ser "un gran redescubrimiento y una gran sorpresa para el público", que lleva diez años sin contemplar las pinturas, afirmo Díez, quién junto a Javier Barón asumió el reto de seleccionar las 95 pinturas exhibidas entre las tres mil que componen la colección del XIX, "lo que muestra el grado de excelencia de la exposición".

El gran número de obras "ha permitido que se puedan representar con claridad cada uno de los periodos artísticos", comentó Barón, quién junto a Díez ha planteado un recorrido dividido en nueve secciones que resumen la historia del arte español del XIX, de Goya a Sorolla.

El primer gran ámbito está dedicado a Goya y el Neoclasicismo y en él se muestra emblemáticos retratos junto a pinturas de artistas con los que el aragonés convivió de forma natural durante más del primer cuarto de siglo, como Retrato del pintor Francisco de Goya, de V. López, o La muerte de Viriato, de Madrazo.

La sección dedicada al Romanticismo, con sus géneros de paisaje, costumbres y retrato, agrupa la obra de los principales exponentes de esta corriente tan popular. Tras ellos, Federico de Madrazo y el purismo académico; o la gran sala dedicada a Eduardo Rosales con su famoso lienzo Doña Isabel la Católica dictando su testamento como protagonista.

El siguiente ámbito, dedicado a La pintura de Historia, agrupa trece grandes cuadros de once grandes artistas formando un espectacular conjunto en el que se incluyen algunas de las pinturas más impresionantes de las colecciones modernas del Museo, como es Los amantes de Teruel, de Antonio Muñoz Degrain.

La exposición adquiere un tono más intimista en El paisaje realista --de Carlos de Haes-- que da paso a las obras de Fortuny y su círculo. Del Realismo al fin de siglo pone fin a la exposición. El público también podrá disfrutar en una sala anexa de la exquisita exposición de gabinete Goya. El toro mariposa. El vuelo, la diversión y la risa, con la que se celebra la adquisición el pasado año del dibujo de Goya El toro mariposa.