La actual directora general de Cultura del Gobierno de Aragón, Pilar Navarrete, pasará en los próximos días a ocupar la dirección del Instituto de Libros y Bibliotecas, de reciente creación. Navarrete se pondrá al frente tanto a las bibliotecas estatales, como la de Aragón en Zaragoza y las de Huesca y Teruel, que seguirán estando dirigidas por bibliotecarios de carrera por concurso estatal, como de las municipales, que se vienen gestionando desde los entes comarcales. Se especula que para el cargo que ocupa por el momento Pilar Naverrete ha sido designado in péctore el actual alcalde de Graus, Ramón Miranda.

Pilar Navarrete, que es profesora de Educación Primaria de carrera y funcionaria del grupo B podrá asumir su cargo al haberse ampliado a ese grupo unas atribuciones que requerían la pertenencia al grupo A (de licenciados) y su cargo suplirá o estará por encima de la actual dirección del Servicio de Bibliotecas, que está en manos de Carmen Lozano.

El hasta ahora director gerente de la Biblioteca de Aragón, Ramón Sabaté, que ayer se despidió físicamente de los funcionarios y trabajadores de la biblioteca, regresará, de no mediar otro nuevo nombramiento para él, a su destino como profesor de latín, en Secundaria.

NOMBRAMIENTOS POLÍTICOS

Con esta designación, que se hará pública oficialmente la próxima semana, se perpetúa en esta comunidad autónoma una situación arrastrada desde el año 1991, en que se abrió la Biblioteca de Aragón, en la que sus sucesivos directores gerentes no son bibliotecarios de carrera, sino cargos políticos. El primero de ellos, Joaquín Mateo Blasco (del PAR), cuyo nombramiento se produjo al quedar escindido el servicio de Archivos, Bibliotecas y Museos en dos, quedando aparte el de Museos. Mateo Blasco fue sustituido, al jubilarse, por Vicente de Vera.

Al llegar el PSOE al Gobierno de Aragón, con Eva Almunia en Educación y Cultura, se nombró a Ramón Sabaté pare el cargo, en tanto iba arrastrándose cierto malestar entre los funcionarios facultativos que pedían en vano que se sacara a concurso la plaza, mientras que los cargos quedaban sujetos a libre designación. Ramón Sabaté ha estado por encima del bibliotecario estatal Javier Villar, que tiene la plaza ganada por concurso en la Biblioteca de Aragón.

El tema ha cobrado actualidad con el cese de Rosa Regás al frente de la Biblioteca Nacional y su sustitución por una bibliotecaria de carrera comno es Milagros del Corral, aunque haya sido designada a dedo por el ministro de Cultura.

El Instituto del Libro y las Bibliotecas inaugura en la DGA una fórmula administrativa, que se complementaría con otros de nueva creación, como el Instituto de Arte y Patrimonio, y que iría a desmontar el organigrama actual de direcciones generales. Al mismo tiempo, el Gobierno de Aragón estaría dispuesto a replegar velas en las competencias sobre bibliotecas concedidas a las entidades comarcales, que reciben ayudas para Cultura sin carácter finalista y en las que las bibliotecas serían las cenicientas en el reparto.

En cuanto a Ramón Miranda, un antiguo guerrista que en 1993, en medio de las batallas internas del PSOE aragonés, se quedó descolgado en los cargos en la Diputación de Huesca, presidida a la sazón por Marcelino Iglesias, fue el asesor cultural de Ángela Abós y regresa ahora al organigrama cultural, una vez convertido al marcelinato, según señalan algunos expertos. Miranda lleva muchos años al frente de la Alcaldía de Graus.