Dedicación: escritor

Nacido en: Chatelaillon (Francia)

Edad: 77 años

Trayectoria: El rey del 'best seller' publicará un libro sobre suráfrica. La película de su novela 'Oh Jerusalén' llegará al cine en julio. Después de varios proyectos y distintos fracasos, 35 años después de la primera intentona será dirigida por Elie Churaqui

--Oh, Jerusalén, libro con el que comparte autoría con Larry Collins, se editó en 1971. En 1997, William Friedkin, el director de El exorcista, quería llevarlo al cine. ¿Por qué se demoró tanto el rodaje, que finalmente firma Elie Churaqui?

--El proyecto se ha alargado nada menos que 35 años. En todo ese tiempo, Larry --fallecido en el 2005-- y yo conversamos con muchos directores, entre ellos Friedkin, Costa Gavras y John Briley, el guionista de Ghandi. Todos tenían un gran interés por adaptar Oh, Jerusalén, pero los guiones que nos presentaban eran totalmente parciales. ¡Una distorsión de la realidad histórica! Nada que ver con la objetividad con que escribimos ese libro, que hasta hoy es el documento de referencia sobre el nacimiento del Estado de Israel y el conflicto árabe-israelí.

--¿El cineasta francés Elie Churaqui es imparcial siendo judío?

--Su visión es la misma del libro. Su película me encanta.

--¿Usted colaboró en el guión?

--Sí, y Larry, también, aunque en esa época ya no trabajábamos juntos. Escucharon nuestros consejos. El gran debate fue si incluir en la película el episodio de Deir Yasín.

--El pueblo palestino es escenario de la matanza de 254 civiles masacrados por terroristas sionistas el 9 de abril de 1948, justo un mes antes del nacimiento de Israel.

--Los autores pertenecían a Irgún, un grupo extremista judío. Ese ataque fue una mancha en la consciencia de Israel. Fue horroroso. Los rabinos excomulgaron a los responsables de la matanza, eso ya no ocurre nunca.

--Lamentablemente las imágenes que muestra la película de este atentado son ahora habituales en los informativos de televisión.

--La pequeña pantalla no tiene ni la fuerza, ni la convicción ni el poder de denuncia del cine.

--¿Cuando a principios de los 70 indagaba en la matanza de Deir Yasín se imaginaba hasta dónde llegaría la barbarie terrorista?

--No, no supe intuir hasta dónde llegaría la tragedia. Es un conflicto bélico con dimensión divina, porque Dios promete la concesión de la misma tierra a dos pueblos distintos.

--Se ha derramado mucha sangre en nombre de Dios, pero ¿el enfrentamiento surge por creencias religiosas o por la posesión de tierras?

--El largo conflicto entre Alemania y Francia estuvo bañado de sangre, pero no hubo ninguna confrontación religiosa. Nunca Dios había dicho que Alsacia o Lorena fueran de uno o de otro. Eso marca la diferencia.

--Hadassah, la joven judía a la que da vida Maria Papas, profetiza que del odio sólo brota odio. ¿Cómo imagina a Israel en el futuro?

--Soy muy pesimista, pero cuando me invade la tristeza procuro acordarme de que Israel también es la tierra de los milagros.

--Si el filme se hubiera rodado en los años 70, tras la publicación del libro, ¿habría muchos cambios en el guión? Debe de ser muy difícil no dejarse influenciar por todo lo que ha pasado en estos años.

--Queríamos una adaptación fiel, una película que contara, exactamente igual que en el libro, lo que ocurrió en 1948. Oh Jerusalén todavía hoy es considerado un relato honesto por los dos bandos. Fue un best seller tanto en los países árabes como en Israel. Ese es mi pequeño triunfo: sigue editándose desde Beirut a El Cairo, y ahora es materia de estudio en las universidades.

--Acaba de publicar en Francia Un arc en ciel dans la nuit, donde reconstruye la historia de Suráfrica.

--Es un país extraordinario. Casi nadie lo conoce. Hallé una madre Teresa en Ciudad del Cabo. Conocerla me llevó a dedicar tres años a investigar el apartheid y a conocer a Nelson Mandela, un gigante de la misma dimensión que Ghandi.