Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, Murcia, 1951) desplegó ayer todo su verbo provocador para reprochar a la crítica su cortedad de miras en literatura. Durante la sesión dedicada a este autor en las jornada literarias de la Fundación Santillana, el creador de Alatriste cargó contra los que definió como "cagatintas analfabetos" o "parásitos iletrados" que "viven del cuento de contar no cómo son, sino como deberían ser los libros que escriben otros" y que consideran que solo la literatura "difícil y minoritaria" merece la pena. En este ajuste de cuentas con los críticos --"pajilleros de la vacuidad inane"--, apuntó que se debe a que no pretende adscribirse a modas o camarillas de los suplementos literarios.