El doblaje español ha perdido una de sus mejores voces con la muerte a los 87 años de Elsa Fábregas quien ostentaría, si existiera el Guinnes de Doblaje, su récord. Desde la voz infantil de El pequeño Jacques en 1935, han sido más de 70 años tras un atril.

Ella fue en el cine la voz de Vivien Leigh, Doris Day, Anne Bancroft, Sofia Loren, Anouk Aimée, Julie Christie, Jeanne Moreau, Shelley Winters o Jean Peters, por citar solo una decena de nombres. Con frecuencia se habla de ella como la voz de Scarlett O´Hara en Lo que el viento se llevó, uno de esos doblajes que quedan para la historia. Estaba orgullosa de ello, pero en el fondo era uno más de sus innumerables trabajos.

También tomó el cuerpo de Bette Davis en ¿Qué fue de Baby Jane?, Elizabeth Taylor en ¿Quién teme a Virginia Woolf?; Melina Mercouri, en Topkapi; Doris Day, en El graduado o Judith Anderson, en Rebeca. La Lara de Doctor Zhivago, la Isabel I de Shakespeare in love, la Anita de West Side Story, la bailarina de Candilejas, la primera Moneypenny de 007, la Bonnie que atracaba bancos con Clyde, la reina Ginebra de Camelot, la hija de Ryan o la perversa Milady de Winter compartieron voz. Cientos de mujeres de la historia del cine han demostrado los infinitos matices de una voz que el tiempo respetó siempre. Y aunque en los últimos años se dedicase preferentemente a damas veteranas como Maggie Smith, Vanessa Redgrave o Judi Dench, hubiese podido doblar de nuevo y sin esfuerzo la Dorothy de El mago de Oz, que fue seguramente su primer papel estelar.