El dramaturgo británico Harold Pinter, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2005, murió a la edad de 78 años, informó ayer su segunda esposa, Antonia Fraser. Pinter, que padecía un cáncer de hígado, según la cadena pública BBC, falleció el pasado miércoles, día de Nochebuena. "Él fue un grande y constituyó un privilegio vivir con él durante 33 años. Nunca será olvidado", afirmó Fraser en una breve declaración divulgada por el diario The Guardian.

La enfermedad ya le impidió al dramaturgo este mes acudir a su investidura como doctor honoris causa en la Central School of Speech and Drama de Londres. Entre otros muchos galardones, Pinter, un artista polifacético que ejerció también de actor y director teatral, obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 2005.

"No he tenido tiempo de pensar sobre eso (el premio), pero estoy muy conmovido. Es algo que no esperaba para nada en ningún momento", dijo Pinter a los periodistas a la puerta de su casa en Londres, tras conocer que le habían concedido el Nobel.

En su argumentación, la Academia Sueca destacó que el autor británico fue galardonado por "sus obras, en las que descubre el precipicio que hay detrás de los balbuceos cotidianos y que irrumpe en los espacios cerrados de la opresión". Perteneciente a la generación de los Jóvenes Airados Británicos, el autor escribió piezas teatrales tan famosas como La Fiesta de Cumpleaños, The Caretaker o Viejos Tiempos, así como varios guiones de cine, entre ellos para Joseph Losey.

COMPROMETIDO

Considerado un escritor políticamente comprometido, Harold Pinter dedicó en los últimos años sus críticas políticas más ácidas a la guerra de Irak, en la que el Reino Unido fue fiel seguidor de la Administración estadounidense.

Del ex primer ministro británico Tony Blair llegó a decir que era un "criminal de guerra", y de Estados Unidos habló como un país "dirigido por una pandilla de delincuentes".

Harold Pinter nació el 10 de octubre de 1930 en el barrio de Hackney, en el popular East End londinense, en el seno de una familia judía. Al estallar la II Guerra Mundial fue separado de sus padres y evacuado a la campiña inglesa. Aquella separación, traumática para él, iba sin embargo a alimentar su imaginación y la mirada introspectiva de su teatro.

Regresó a Londres en 1944 y, tras un breve paso por la Royal Academic of Dramatic Art (1948-1949), se declaró objetor de conciencia y se negó a cumplir el servicio militar. Comenzó entonces, Pinter, a escribir sus primeros poemas y a actuar en varias compañías de repertorio en gira por sus islas británicas.

Pinter inició su hoy extensa obra teatral ("He escrito veintinueve obras y creo que probablemente sean suficientes") en 1957 con The Room (La habitación), siendo desde entonces los cuartos cerrados, con muy pocos personajes, los escenarios de muchos de sus dramas. Inmediatamente le seguiría The Birthday Party (La fiesta de cumpleaños, 1958), pieza que la crítica maltrató, lo que llevó al incipiente dramaturgo a plantearse la posibilidad de abandonar la escritura aún antes de comenzar realmente su carrera.

Pese a estas reticencias, en 1959 su suerte cambió con The Caretaker (que se traduciría como El guardián); en contra de lo ocurrido dos años antes, la obra fue un éxito y supuso su primer reconocimiento público. Durante la década de 1960 Pinter conformó una serie de obras que delimitaron su peculiar estilo, repleto de silencios (dramas escritos en un lenguaje elusivo, a veces cómico, pero que genera un ambiente de amenaza y alienación), que se conocería como pinteresco.