--¿Cómo es su papel en La Fierecilla Domada que hoy llega al Principal?

--Yo interpreto a Catalina, La Fiera. Es la mujer indomable, con una fuerza que ni ella puede canalizar. Tiene un carácter con una rebeldía total. Y, aparte, vive en una sociedad con unas circunstancias con las que no se siente para nada identificada, lo que potencia todavía más esa rebeldía y ese ingenio para apartar a todo el mundo a golpe de palabra.

--Sobre todo, hay un monólogo sobre la sumisión de la mujer al hombre que ni usted misma parece creerlo.

--Es un monólogo que tiene muchísimas lecturas. Hemos hecho la nuestra, que es particular. Invito a todo el mundo a que vaya a verlo, porque precisamente es un giro muy bonito el que ha dado Mariano de Paco, el director, a este monólogo final. Hay una sorpresa en el espectáculo respecto a él.

--La víspera del estreno (por ayer) la pasó rodando otro personaje para la televisión ¿Es fácil pasar de la noche a la mañana de ser una chica contemporánea a una señora casada del siglo XVII?

--Bueno, es mi trabajo. Los actores nos preparamos para asumir varios roles. Y si los estás interpretando al mismo tiempo es porque las cosas van bien; hay trabajo y entonces no nos podemos quejar. Y por otro lado, con mucha paciencia por parte de los equipos de producción para poder encajar fechas y horarios.

--¿Tienen los actores más facilidad que la gente corriente para traspasar los límites de la realidad y de la ficción?

--Yo no considero que se tenga más o menos. Creo que la puedes potenciar más en función de la visión que tengas tú de la vida y por dónde quieras llevar tu trayectoria. Si te dedicas a un trabajo que en gran parte es la creatividad, pues potencias esa faceta.

--¿Es más fácil cultivar esa virtud en la juventud que en la madurez?

--No, yo creo que conforme se va cumpliendo edad uno tiene más experiencia y la mochila más cargada y entonces tiene más material para trabajar. Yo creo y espero que según vaya cumpliendo años vaya ganando también como actriz. Tendré más vivencias.

--Usted fue una bailarina profesional en los inicios. ¿Vio en una lesión sufrida la gran oportunidad para pasarse al teatro?

--Sí, a mí me supuso un momento muy importante a la hora de decidir la trayectoria que iba a llevar y como realmente la parte que más me gustaba de la danza era la actoral y siempre había soñado también con ser actriz, no me supuso ningún trauma, todo lo contrario; lo afronté con muchísima alegría partiendo de cero y muy emocionada. La danza da muchísima disciplina y fuerza y la verdad es que para mí ha sido mi formación.

--¿Qué ha supuesto para su carrera el papel de África, la novia de Alejo Sauras en Los Serrano?

--Mucho, porque he estado ahí durante cuatro años y la cosa no es fácil. Pero estaba todo tan cuidado, las directoras han sido tan fantásticas que ha sido también una escuela genial para todos..

--¿El regreso a Zaragoza tiene algo especial para usted?

--Tengo muchísima ilusión, sobre todo porque cada vez que he ido he actuado en el Auditorio y es la primera vez que voy a actuar en el Principal. Allí ensayé como bailarina, pero no llegué a bailar. Tengo una gran ilusión por actuar.