Chile, un año cualquiera entre 1973 y 1990. Terror, abusos y violaciones. Veinte años después, tres personajes se enfrentan a ese pasado desde posiciones diferentes. Este es el marco en el que se sitúa La muerte y la doncella, una obra de Ariel Dorfman, rescatada por Eduard Costa y protagonizada por Emilio Gutiérrez Caba, Luisa Martín y José Sáiz, que reflexiona acerca de la crueldad y el sufrimiento del ser humano. Este montaje, que ya lleva un año triunfando en los teatros de toda España, se podrá ver en el Principal de Zaragoza hasta el próximo 28 de febrero.

Dorfman escribió este montaje durante la transición de Chile a la democracia en 1990. En ella, cuenta la historia de Paulina Salas, una mujer que secuestra al individuo que la había torturado veinte años antes. Durante la representación, Paulina trata de convencer a todos de que sabe lo que hace y de que lo único que pide es justicia. "Se supone que esta historia está ambientada en la dictadura chilena, pero nosotros no lo localizamos allí, porque también podría ser Chile, Uruguay, Argentina o cualquier otro país. Precisamente, Dorfman no lo localiza especialmente para mostrar que es un problema universal", comentó Luisa Martín, Paulina sobre el escenario.

Los personajes

Son tres los personajes que protagonizan este drama. Paulina, que fue secuestrada y torturada durante su etapa universitaria; Roberto Miranda --Emilio Gutiérrez Caba--, "un médico que ayudaba a curar a la gente interrogada, pero que se aprovechaba de su situación y las violaba, como hizo con Paulina", según contó el propio actor; y Gerardo Escobar --José Sáiz--, marido de Paulina y un prestigioso jurista encargado de investigar los crímenes cometidos durante la dictadura. "Un personaje intermedio, a caballo entre un polo y otro, que durante la representación va acercándose a su mujer, de la que al principio estaba totalmente alejado", añadió el actor y productor que da vida al personaje.

La muerte y la doncella reflexiona sobre la más cruda de las realidades, sobre los límites de la crueldad y la bondad humana y sobre la búsqueda de la verdad. "Pero solo el personaje de Paulina ya habla de muchas más cosas, por ejemplo, del sentimiento de venganza y de la necesidad de superar ese sentimiento ante la persona que te ha hecho daño. Esto no solo se refiere a una dictadura, ahora se podría extender al maltrato, al abuso sexual, el terrorismo...", explicó Martín.

La muerte y la doncella, la pieza de teatro iberoamericano que más veces ha sido representada en todo el mundo, se podrá ver en el Teatro Principal de Zaragoza hasta el próximo 28 de febrero. Las entradas tienen un precio de entre 6 y 25 euros.