LA OBSESIÓN.

Kitano vuelve a las andadas

Kitano vuelve a las andadas

Kitano vuelve a las andadas

Tras pasar buena parte de la última década perdido en fantasías autorreferenciales, herméticas y narcisistas --Takeshis (2005) y Glory to the filmmaker (2007), por ejemplo--, Takeshi Kitano ha vuelto a casa. Outrage, presentada también ayer fuera de competición, supone su regreso al cine de yakuzas después de Brother (2000), aquel estilo que le dio sus primeros éxitos y con el que siempre ha confesado sentirse más cómodo. Esencialmente, se trata del retrato de las luchas de poder entre tres familias mafiosas."No pienso que los yakuzas estén pasados de moda. En todo caso, he oído decir que todavía existen. Su método ha cambiado, son muy activos en el mercado financiero. Para entrar en el grupo, anteriormente había que cortarse un dedo. Pero eso ya no es así", explicó ayer el japonés, que a lo largo del filme no solo muestra dígitos seccionados sino también chopsticks clavados en el oído, dientes taladrados y ahorcamientos. Es la creatividad en el retrato de la crueldad lo más destacable de Outrage, que no posee las exploraciones filosóficas sobre la violencia de sus obras maestras, Sonatine (1993) y Hana-Bi

clavados en el oído, dientes taladrados y ahorcamientos. Es la creatividad en el retrato de la crueldad lo más destacable de , que no posee las exploraciones filosóficas sobre la violencia de sus obras maestras, (1993) y (1996), pero cuya mezcla de cabestrismo y humor es de agradecer.

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