Mujer, veterana, versátil y actual estrella de la pequeña pantalla y no de las grandes producciones de Hollywood. El Festival de San Sebastián ha decidido otorgar el premio Donostia a Glenn Close, una mujer que decidió firmemente convertirse en actriz cuando siendo estudiante de Antropología y Drama del College of William and Mary (Virginia, EEUU) vio una entrevista televisiva con Katharine Hepburn. "Eso es lo que quiero hacer", pensó la entonces estudiante, que estuvo una década pateándose los teatros de Broadway antes de que Hollywood se fijara en ella y reconociera su talento. Lo hizo en El mundo según Garp (1982), con la que conquistó su primera nominación al Oscar.

Tras otros cuatro intentos, la estatuilla de la meca del cine se le sigue resistiendo a Close (Connecticut, EEUU, 1947), fiera de la pantalla que ha encarnado como nadie la maldad (Las amistades peligrosas) y el amor enfermizo (Atracción fatal). Esta última película, precisamente, fue portada de Time y popularizó el término bunny boiler (hervidora de conejos) para designar a las personas obsesivas y peligrosas. Público y críticos se rindieron ante el genio de Close, que quedó consagrada para los papeles de villana. La actriz, sin embargo, también ha demostrado lo perfecta que es en comedias como Mars Attacks! y la saga 101 dálmatas, donde da vida a una estupenda Cruella de Ville.

Desde hace cuatro años, Close interpreta en la pequeña pantalla a Patty Hewes, la agresiva abogada de Daños y perjuicios, serie de televisión que le ha dado dos de sus tres Emmy y que confirma la excelente salud cinéfila de la televisión. "Estas series de largo formato, con su calidad de escritura e interpertaciones, son una forma de arte en sí mismas", declara.

VIDA PERSONAL Fiel a la máxima de separar la vida personal y la profesional, Close solo rompe esa gélida frontera para ofrecer su rostro en una campaña para aumentar la conciencia social sobre las enfermedades mentales. Su hermana, de hecho, sufre transtorno bipolar.

Con dos divorcios a sus espaldas, la popular actriz reside en Nueva York (en un apartamento cercano a central Park que antes perteneció al desaparecido actor Rock Hudson) junto a su actual esposo, el inversor y empresario de biotecnología David Shaw. No muy lejos de ellos también vive Annie, su hija universitaria y fruto de su relación con John Starke.