Paco Roca era ayer el gran protagonista de la jornada en el Salón del Cómic. No solo porque su sola presencia ya eleva el registro de la cita, sino porque además ayer también se conoció que la película Arrugas, basada en su cómic del mismo nombre y en la que trata el alzheimer, entraba en la carrera de candidaturas a los Goya.

--Emplear el cómic para contar historias como la de Arrugas va más allá de la idea que tenemos del cómic como divertimento.

--El mundo del cómic ha cambiado, sobre todo en el aspecto editorial. Antes era difícil salir del cómic francés de personaje y 46 páginas que limitaba contar historias. Por eso era necesaria la novela gráfica para la liberación de los autores en la edición y poder abordar temas que antes no podías. Sin duda ha abierto un nuevo camino a otro tipo de público.

--Ahora la novela gráfica es una realidad, pero hace unos años no nos hubiésemos imaginado utilizar un registro como el cómic para contar cosas así.

--Es verdad. Hace 10 años Arrugas no hubiese vendido más de 1.000 ejemplares, no era el momento. Ahora se dan un cúmulo de circunstancias que hace que este tipo de publicaciones funcione y no solo en tiendas especializadas de cómic.

--¿Qué le parecen los salones del cómic como este?

--Creo que en un futuro los salones seguirán dos caminos. Los festivales del cómic, como este salón, seguirán existiendo, son necesarios porque además hay un público infantil y se convierten en una gran fiesta del cómic, pero el camino de la novela gráfica y el cómic adulto está más en ferias del libro.

--La película Arrugas está en el camino a los Goya. ¿Cómo vio el paso de los dibujos a la pantalla?

--Me he enterado esta mañana. El verdadero mérito es del director. Lo que más me impresionó del proceso fue la locución. Vi como los dibujos llegaban a hacerse animados, pero cuando vi cómo los actores les ponían voz y que hablaban, pensé que habían dejado de ser míos, para ser también obra de otros.Y me gustó.