El italiano Dario Argento firma un 'Drácula' de pesadilla

El nuevo filme del rey del 'giallo' carece de su estilo sabio y malsano

El italiano Dario Argento firma un 'Drácula' de pesadilla

El italiano Dario Argento firma un 'Drácula' de pesadilla

N. S.

Cualquier director de terror que se precie ha citado, homenajeado o plagiado a Dario Argento en algún momento de su carrera. De hecho, seguro que incluso quien no haya visto ninguna de sus películas ha tomado contacto con su estilo único gracias al trabajo de cineastas como George A. Romero, Brian de Palma o Guillermo del Toro; así de importante es el realizador italiano. Solo la mala imagen que el género ha tenido tradicionalmente entre la cinefilia explica que Drácula 3D sea la primera de sus películas presentada en el festival de Cannes.

"Mi Drácula es un antídoto contra la saga Crepúsculo", aseguraba ayer el director. "Yo, en cambio, he querido hacer una obra salvaje, muy violenta, muy sangrienta y muy apasionada". Para ilustrar la enorme distancia que separa las intenciones del filme de su resultado final quizá sirvan sus credenciales: Enrique Cerezo no solo la ha producido sino que también figura como coguionista, y entre sus actores aparecen nombres como Unax Ugalde y Rutger Hauer.

"Es un Drácula diferente, adaptado a mis obsesiones, mis alucinaciones y mis pesadillas", añade Argento. Pero lo cierto es que, a pesar de contar en su reparto con Thomas Kretschmann y su hija Asia Argento --ambos protagonizaron su última película de interés, El síndrome de Stendhal (1996)--; y de que su director de fotografía es Luciano Tovoli, que ya trabajó con Argento en Suspiria (1977) --posiblemente su mejor trabajo--, poco rastro hay en Drácula 3D de las cualidades que lo convirtieron en maestro del giallo: nada hay de sus atmósferas perpetuamente alarmantes, ni de su forma sabia y malsana de mirar con la cámara, ni de su violencia frenética, intoxicante y hermosa. Las risas involuntarias que se oyeron ayer durante su proyección en Cannes lo dicen todo.

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